Si el dicho popular dice que…”el trabajo asalariado embrutece, envilece y ni dios te lo agradece…”, sólo cabe añadir, al sexto año de la “crisis-estafa” y, empobrece y mucho, a tenor de los últimos datos dados por la Contabilidad Nacional de España (CNE) trimestral.
A las puertas de los campos de concentración y exterminio que el nacional socialismo creo de manera “eficiente y productiva” en Alemania, colgaba el siguiente cartel, “el trabajo os hará libres”. No deja de ser una ironía perversa, dramática y genocida, visto con retrospectiva, ahora bien, debemos reconocer que el nacional-socialismo alemán, por cierto sustentado por una alianza con las burguesías europeas, tuvo la habilidad de interpretar lo que es la esencia del capitalismo, la máxima explotación con los métodos más eficientes.
A las puertas de los campos de concentración y exterminio que el nacional socialismo creo de manera “eficiente y productiva” en Alemania, colgaba el siguiente cartel, “el trabajo os hará libres”. No deja de ser una ironía perversa, dramática y genocida, visto con retrospectiva, ahora bien, debemos reconocer que el nacional-socialismo alemán, por cierto sustentado por una alianza con las burguesías europeas, tuvo la habilidad de interpretar lo que es la esencia del capitalismo, la máxima explotación con los métodos más eficientes.
La situación del trabajo asalariado y por cuenta propia -si tenemos en cuenta que el 60% del empleo en el estado español se concentra en pequeñas y medianas empresas, del cual la mitad se sitúa en micro empresas de entre 0 y 9 trabajadores [Mº de Empleo y SS, 2011]-, según los datos ofrecidos por CNE en el último trimestre, es de un empobrecimiento acelerado, como consecuencia de varios factores, que “las políticas de crisis” llevan a convertir en estructural, lo que hasta hace una década no era sino coyuntural.
Los PGE 2013, es el último ejemplo de cómo estas “políticas de crisis”, consolidan una nueva estructura social donde la precariedad, la pobreza y la exclusión social, definen las condiciones de vida y trabajo de la mayoría social.
Una minoría, banqueros, rentistas, consejeros, accionistas de grandes empresas y corporaciones, ejecutivos y políticos, constituyen el otro polo social donde su identidad es un mayor enriquecimiento material de dinero, bienes y servicios.
Las políticas coyunturales, implementadas en los años de la “crisis” bien en los PGE 2010, 2011, 2012 y 2013, así como en los decretazos sobre lo público, sanidad, educación, mercado de trabajo, infraestructuras-movilidad y en leyes de carácter constitucional (reforma del artículo 135 de la CE en septiembre 2011) y leyes orgánicas, como la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera que desarrolla el mandato constitucional del artículo 135 CE, han pasado a formar parte de la estructura social y política.
Si tener empleo asalariado y en gran medida por cuenta propia debido a la estructura productiva en el estado español, nunca ha sido, por regla general, garantía de libertad para millones y millones de personas, desde los tiempos de la globalización de la economía, tanto la productiva como la financiarizada en la última década, tampoco es garantía de permanencia en lo que se denomina sociológicamente, clase media, es decir, tener empleo ya no nos protege contra situaciones de pobreza.
La paradoja resulta debido a que el fenómeno del empleo y la pobreza, aparece en sociedades no solo “subdesarrolladas” o dicho más exactamente empobrecidas, sino que se ha instalado de manera estructural en las sociedades “avanzadas-desarrolladas o países ricos”, debido fundamentalmente en primer lugar, a las políticas de redistribución de la riqueza: cada vez se dedican fiscalmente menos recursos públicos a derechos esenciales, educación, sanidad, dependencia-cuidados, prestaciones sociales como el desempleo, rentas mínimas de inserción, subsidios, etc. y las políticas de redistribución de las rentas: la evolución de las retribuciones salariales ha sido negativa en los últimos años, por ejemplo los salarios decayeron un -3,9% inter anual de septiembre 2011 a septiembre 2012 y, por el contrario, las rentas de capital no han dejado de experimentar una evolución creciente.
En segundo lugar, la desregulación e individualización de las relaciones laborales (Reforma Laboral PSOE y Reforma Laboral PP –ley 3/2012-), ha llevado a otorgar seguridad jurídica solamente a una parte del contrato, el empresario, dotándole de tal discrecionalidad, que su sola voluntad de rebajar el salario, es causa de llevarlo a efecto, a la vez que se han rebajado muy sustancialmente (hasta un 70% menos) los costes del despido.
La consecuencia es medible: destrucción de empleo fijo y relativamente pagado a unos precios dignos, en cientos y cientos de miles y empeoramiento masivo y generalizado de las condiciones del trabajo en precios, tiempo de trabajo, funcionalidad y movilidad.
Y para concluir este artículo, siempre toca (todos y todas lo esperamos como “agua de mayo”, en tiempos de sequía) hablar y decir algo sobre las soluciones, alternativas…y, más allá de ese reparto del trabajo y la riqueza, tan necesario en un mundo finito, a uno, al sexto año de la “crisis-estafa”, sólo se le ocurre lo que ciertas prácticas de lucha resistentes (para nada que ver con la “ofensiva revolucionaria” de las clases populares) han demostrado que si se puede, como en Portugal. De seguro alguien va a recordar a renglón seguido que, los griegos y las griegas llevan la friolera de 24/26 huelgas generales y cerca de 50 sectoriales y parece que ellos y ellas…”cada vez peor y cada vez más solos…”, pues eso, a lo mejor, consiste en que no solo los griegos, los portugueses, los italianos, los del estado español, etc., etc., sino que millones y millones de europeos y europeas nos convenzamos de que, primero SI SE DEBE y segundo, SI SE PUEDE.
Salud.
DMC
Fuente: Desiderio Martín