EN el que se suele señalar como buque insignia del sector industrial de Navarra, Volkswagen, las cubiertas relucen impolutas y brillantes para la admiración de todos aquellos que lo observan como turistas que quieren ser en todo momento gratamente sorprendidos por algo bonito, enorme y desconocido que colme su curiosidad y sus ansias de nuevas sensaciones. Para los navarros que así contemplan el buque amarrado en los secos muelles del puerto de Landaben, el buque portacoches muestra todo lo que requiere un turista que está dispuesto a pagar por conocer algo que merezca la pena, pero además ofrece ese sentimiento de orgullo que se genera en quienes sienten que el prodigio les pertenece y es algo de lo que pueden presumir ante los forasteros.

EN el que se suele señalar como buque insignia del sector industrial de Navarra, Volkswagen, las cubiertas relucen impolutas y brillantes para la admiración de todos aquellos que lo observan como turistas que quieren ser en todo momento gratamente sorprendidos por algo bonito, enorme y desconocido que colme su curiosidad y sus ansias de nuevas sensaciones. Para los navarros que así contemplan el buque amarrado en los secos muelles del puerto de Landaben, el buque portacoches muestra todo lo que requiere un turista que está dispuesto a pagar por conocer algo que merezca la pena, pero además ofrece ese sentimiento de orgullo que se genera en quienes sienten que el prodigio les pertenece y es algo de lo que pueden presumir ante los forasteros.

Como los Sanfermines más o menos, prácticamente una seña de identidad. Y es que la nave se presenta a través de las permanentes campañas de imagen dirigidas a los navarros como algo que nos pertenece a todos (que bien mirado así debería ser, pues somos quienes la hemos pagado y mantenemos), aunque sin embargo en el mástil siga ondeando el pabellón alemán.

Como ocurre con todo lo que se expone públicamente, una cosa es lo que se enseña y otra lo que hay por debajo. La sala de máquinas, los camarotes de la tripulación que no tiene rango de oficial y las condiciones en que los trabajadores prestan sus servicios en el buque son otro cantar.

VW muestra el lindo producto que fábrica, los beneficios económicos que obtiene, el empleo que ofrece, eso sí, ocultando que en la última década ha destruido 1.500 puestos de trabajo, pero no enseña cómo obtiene todos estos éxitos. Nada dice de su agresivo sistema productivo, ni de las consecuencias que está teniendo en los trabajadores, sobre todo en su salud, ni en el conjunto de la sociedad navarra debido al cargo que le está metiendo a la seguridad social.

VW publica cada año diversos documentos de valoración y balance del año anterior entre los que está uno, que es la Memoria Sanitaria de la Empresa, cuya única difusión es aquella que le intentamos dar desde esta organización sindical. A los demás no les interesa hablar del asunto. A la empresa, por razones obvias, y a las organizaciones sindicales mayoritarias porque en dicho documento se reflejan con claridad los nefastos efectos de los acuerdos y convenios que pactan, en los que se fijan las condiciones de trabajo que originan unos datos desastrosos en el campo de la salud laboral.

La Memoria Sanitaria que elabora VW, y maquilla antes de su publicación interna todo lo que puede, vuelve a decir una vez más que en 2006 se constata un sustancial deterioro de la salud de la plantilla respecto al año anterior. Prácticamente todas las cifras empeoran claramente, a pesar de que la plantilla fija se ha reducido en 400 trabajadores, pasando de los 4.259 empleados de 2005 a los 3859 de 2006. Ahí van algunos de estos datos.

En los exámenes de salud realizados a los trabajadores en 2006 ha habido 12 casos de no aptos para el trabajo en la empresa, mientras que en 2005 no se declaró ninguno. Y se han registrado aptos con limitaciones 595 trabajadores, frente a los 441 del año anterior.

La siniestralidad declarada de un año para otro ha aumentado su incidencia de 36,15 a 43,27, y la gravedad de 0,32 a 0,36, con una duración media que ha pasado de 16,65 a 18,76, en los índices de valoración establecidos. En 2006 se han registrado 397 accidentes de trabajo, 36 in itínere, y 30 fuera del puesto de trabajo, y eso que podemos afirmar que en esta empresa no todos los accidentes tienen su correspondiente parte, y por tanto, no todos ellos quedan reconocidos desviándose un buen número al sistema sanitario público. No obstante, el Servicio Médico de la empresa en 2006 ha practicado primeros auxilios tras accidente en 439 ocasiones, con un total de 440 evacuaciones, de las que 254 han sido al domicilio del trabajador, 117 a las instalaciones de la mutua contratada y 69 directamente a urgencias de centros hospitalarios.

El Servicio Médico de VW dice en su Memoria que ha atendido 1.061 casos de enfermedad laboral que contrastan con los 282 del año anterior, con 2.179 consultas que superan también las 1.872 de 2005. El total de consultas médicas en 2006, incluyendo las que corresponden a enfermedades comunes, asciende a 13.071, frente a las 10.906 del año anterior.

En 2006 se han practicado 1.231 tratamientos de rehabilitación-fisioterapia, frente a los 725 de 2005. Y 3.457 tratamientos inyectables, frente a los 3.097 del año anterior.

Y para cerrar esta pequeña muestra de los datos de la salud de la plantilla de VW, hay que señalar que en el 2006 han asistido a consultas psicológicas 577 trabajadores, frente a los 510 de 2005.

Para valorar todos estos datos, hay que recordar lo antes dicho sobre la reducción de plantilla sufrida de un año para otro. Saquen quienes lean este artículo los porcentajes, y verán que son un auténtico escándalo. Por eso no se extrañen si en no demasiado tiempo los trabajadores de VW-Navarra vuelven a pelear por sus derechos, en este caso los de salud. Porque si VW no modifica y corrige su sistema productivo en lo que sea necesario, y sigue sin cumplir con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, e implanta de una puñetera vez un sistema preventivo real y eficaz, seguirá sin apostar por el futuro de su plantilla en Landaben. Sin salud los trabajadores nunca podremos tener un futuro claro.

Todos los datos que se registran en VW-NA indican que esta empresa antepone claramente sus resultados económicos a la salud de los trabajadores, utilizando ésta como si fuera una fuente de energías que consumir hasta su agotamiento. Esta filosofía empresarial, propia de los tiempos de la revolución industrial, es absolutamente intolerable. Nadie debe seguir mirando hacia otro lado. Ni la administración pública, ni las autoridades laborales competentes , ni el sindicalismo mayoritario, ni mucho menos todavía los propios trabajadores a quienes se les suele tapar la boca con cuatro migajas de carácter económico.

* También firmado por Joaquín Rebolé. Delegados de Prevención de CGT en VW.


Fuente: Diario de Noticias