El gobierno socialista acaba de protagonizar una nueva vuelta de rosca, en la cada vez más maltrecha economía doméstica del ciudadano de a pie. En el día de los inocentes la administración pública ratificaba una nueva subida de la factura de la luz de un 9,8%, a la que habría que añadirle en 2010, el incremento del 4,8% del mes de octubre y el aumento del IVA en julio. No se trataba pues de una inocentada y el disponer de un mercado eléctrico liberalizado, como se deduce, no ha beneficiado en nada al consumidor que seguirá apretándose más el cinturón.
El déficit.
El déficit.
Este nuevo sablazo de ZP y sus circunstancias, ha originado océanos de bytes en forma de documentos y artículos de diversa índole, que han resultado muy contradictorios dependiendo de la fuente que se consultara. Sin embargo se coincide en que la factura de la luz se ha incrementado porque también lo ha hecho el “déficit eléctrico” hasta puntos insostenibles. Y es que desde el año 2000, en el estado español no se pagan todos los costes derivados de la generación, transporte y distribución de la energía eléctrica. El gobierno del PP congeló las tarifas y el consumo se disparó durante los años en los que este país vivió bajo los efectos del LSD desarrollista. Esta medida cortoplacista y “populera” pretendió mantener la inflación pero a su vez generó un “déficit eléctrico” que para este año oscilaba los 20.000 millones de euros. Toca pagar.
Las renovables en el déficit.
Si bien existe cierto consenso al relacionar el incremento de la factura de la luz y el del “déficit eléctrico”, las opiniones empiezan a divergir cuando se trata de señalar los factores que propiciaron este aumento del déficit. Entre las muchas hipótesis, una que ha sonado con bastante fuerza durante estos días apunta a las energías renovables como principal causantes del aumento.
Para visualizarlo mejor, hay que tener en cuenta que de cada de 100 euros que se pagan en una factura normal, 53,8 corresponden a la energía consumida (34,4 de generación, 4,3 de transporte y 15,1 de distribución); 18,2 a primas a energías renovables, 16,5 a impuestos, 5,7 anualidades del déficit eléctrico, 2,8 en compensaciones extrapeninsulares y 4 de programas de ahorro y otros. Con estas cifras y sin mayor información, se puede entender que la electricidad de origen renovable se paga como “energía consumida” y aparte recibe una prima extra de casi el 20% del total.
En base a estos datos muchos han tildado las energías renovables -sobre todo la fotovoltaica- de poco competitivas, caras y de ser las causantes del aumento del déficit, mientras que paralelamente, se ha escuchado también que la energía nuclear es muy barata para la ciudadanía. Y con estos datos sin más, efectivamente las renovables resultarían ser muy costosas y la nuclear una ganga, pero, para acercarnos más a la realidad, hay que tener en cuenta ciertos datos que se han diluido por arte de magia.
Gastos externalizados.
Para empezar y aunque parezca contradictorio, son muchos los grupos ecologistas que están en contra del actual sistema de primas que reciben las energías renovables. Carlos Bravo, responsable de Energía de Greenpeace, no está en contra de que las renovables perciban ayudas estatales para favorecer su despegue tecnológico -de la misma manera que otras fuentes de energía las reciben y las recibieron en su día- pero aboga por un sistema donde cada fuente de energía compute todos sus costos sin primas que los alteren. Pero todos los costes, sin excepción.
Mientras eso no suceda, la energía nuclear seguirá siendo muy barata porque la construcción de las centrales ya se amortizó. Hace años que la ciudadanía las pagó a través de la factura eléctrica y actualmente no se computa dicho valor.
Entre los costos que deberían o deberán incluirse en el haber de la nuclear, están los derivados del desmantelamiento de las centrales y la gestión de los residuos. Cálculos recientes los cuantifican en 13.600 millones de euros hasta el año 2070, y a partir de ahí nadie ha hecho las previsiones con lo que nuestros nietos ya se apañarán. De la misma manera, será el estado o la ciudadanía a través de la tarifa, quienes sufragarán la mayor parte del fondo que se pretende crear para pagar los daños en caso de accidente nuclear. Un texto legal que se debate actualmente y que no es definitivo, establece que las compañías deben de asegurar una cantidad estipulada en 1.200 millones de euros para hacer frente a los gastos e indemnizaciones derivados de un accidente nuclear. La cifra es alta pero claramente insuficiente porque si el accidente fuera muy grave, posiblemente con 1.200 millones no habría ni para pipas. A pesar de ello, ninguna aseguradora quiere asumir esta cantidad por lo que ya puede usted imaginarse quién la acabará abonando en su mayor parte.
Por lo tanto ¿Es la energía nuclear barata? Para las empresas eléctricas sí…mientras el estado las construya, recoja la basura nuclear y asegure sus peligrosísimos riesgos; y ellas sólo tengan que generarla, leer los contadores, pasar la factura y proclamar a los cuatro vientos las bondades de esta energía y del neoliberalismo globalizador.
¿Es la energía nuclear barata?
Como me apuntaba Carlos Bravo, en el año 1997 finalizó la moratoria nuclear y nadie ha proyectado ninguna nueva central en España. Si es tan barata y ecológica ¿Por qué no? ¿Por qué en ese periodo de tiempo sí que se han estudiado más de 40 térmicas, se han creado decenas de parques eólicos… y ninguna nuclear?
A lo mejor la respuesta a esta pregunta la tenemos en Finlandia, el único país en Europa occidental, junto a Francia, que construye actualmente un reactor nuclear. El proyecto inició en 2005 con un valor inicial de 3.000 millones de euros y un tiempo estimado de ejecución de 4 años. Pero a día de hoy, el coste supera los 5.000 millones y la puesta en marcha se prevé para 2012. La central finlandesa tendrá 1.600 megavatios. En España, la potencia instalada actualmente con los reactores disponibles supera los 7.500. Por lo tanto, construir nuevas centrales nucleares con una potencia similar a la existente, supondría un sacrificio económico tan grande que ninguna multinacional privada se atreve con ellas. Que sea el estado quién apechugue con la inversión como España hizo en los 70 y ahora hace China.
Además, hasta 2009 y según la fuente consultada, la Agencia de Seguridad Nuclear de Finlandia, había encontrado hasta 1.500 problemas relacionados con la seguridad y aún se estaba a la espera de más correcciones. El retraso impedirá que Finlandia cumpla con sus reducciones de C02 estipuladas en el protocolo de Kioto.
¿Es la energía nuclear barata? Como se ha dicho, externalizando hacia el pueblo sus abultados costes y riesgos humanos y ambientales, sí lo es. Porque una vez externalizados y amortizados los gastos principales, la generación de electricidad nuclear es muy barata y luego -ojo al dato- Endesa, Iberdrola y compañía la venden mucho más cara en el mercado, manteniendo así su lucrativo negocio. He aquí el por qué todo son bendiciones para la energía nuclear, pero sin atreverse nadie a construir un nuevo reactor. Y he aquí el por qué quieren alargar la vida útil de las existentes.
¿Son las energías renovables caras?
Con el actual modelo de primas criticado hasta por los ecologistas sí, pero en parte se necesitan porque son relativamente nuevas y necesitan promocionarse, expandirse y crecer tecnológicamente.
¿Son las energías renovables caras? Al comparar todos los costes de todos los modelos no es la más cara, porque otras fuentes externalizan algunos de sus costes y también reciben subvenciones y primas. La energía eólica ya es competitiva y como indicó en mayo pasado Nabuo Tanaka, director ejecutivo de la poco ecologista Agencia Internacional de la Energía “La energía solar fotovoltaica en los hogares será competitiva en cinco años. Alcanzará la paridad de la red [cuando es tan barato producirla en casa como comprarla] en 2020, pero en países como España se puede alcanzar incluso en 2015.”
Por lo tanto, más temprano que tarde se podrán suprimir las primas en las renovables y, seguramente, con una cantidad de dinero menor a la suma de los costes que generaron y generarán otros modelos energéticos (y que también pagamos todos), el estado español contará con una fuente de energía inacabable, limpia, segura, que no genera residuos peligrosos, que no necesita asegurar daños por accidentes, que no se echa a temblar cuando sube el petróleo o el gas, que no provoca cambios climáticos, que no necesita comprar bonos de emisión de carbono, que no es una amenaza para el medio ambiente y que no es uno de los muchos focos de contaminación atmosférica… razón por la cual mueren en España prematuramente y por enfermedades respiratorias, cerca de 22.000 personas al año. La salud pública es, un drama para la sociedad y otro gasto externalizado para las empresas, que las renovables no generan a no ser que caiga en la cabeza de alguien una placa solar o la hélice de un generador eólico.
Y mientras al pueblo le suben la tarifa, se ponen en tela de juicio las energías renovables y el estado sufraga otros costos derivados de la generación de energías sucias; en 2009 Endesa ganó 3.430 millones de euros, Iberdrola 2.824 millones y Gas Natural-Fenosa 1.190. De estos 1.190 millones, 126.000 serán para pagar a Felipe González por aconsejar a Gas Natural-Fenosa o lo que es más seguro, para mantener pláticas y compadreos con sus colegas del PSOE en la Moncloa y el Congreso. Por aquí sería más fácil vislumbrar el incremento del “déficit eléctrico” para despejar la x de la reciente subida tarifaria.
Vicent Boix Escritor, autor del libro “El parque de las hamacas” http://www.elparquedelashamacas.org
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