A quien esté fuera de Venezuela, puede resultarle incomprensible o absurdo cuando se describen ciertos temas que aquí se están planteando en el debate político, los cuales evidencian un nivel de atraso, extravagancia y ridículo que de seguro no tienen paralelo, al menos en nuestro continente.

Esto en particular se viene llevando a sus extremos en las orientaciones y líneas políticas emanadas del gobierno a raiz de la muerte de Chávez, cuando hemos visto a gente que siempre se ha preciado por su formación en los cánones del «socialismo científico» y por despreciar al capitalismo irracional, promover por todos los medios y a toda hora mensajes que parecieran arrancados de la más reaccionaria e insensata propaganda de brujos y fundamentalistas.

Esto en particular se viene llevando a sus extremos en las orientaciones y líneas políticas emanadas del gobierno a raiz de la muerte de Chávez, cuando hemos visto a gente que siempre se ha preciado por su formación en los cánones del «socialismo científico» y por despreciar al capitalismo irracional, promover por todos los medios y a toda hora mensajes que parecieran arrancados de la más reaccionaria e insensata propaganda de brujos y fundamentalistas.

El mismo gobierno que tanto proclama sus «éxitos socialistas» en cuanto a «concientizar» y «educar» al pueblo en estos 14 años, recurre ahora, sin ninguna vergüenza ni vacilación, al conjuro de los mismos mitos mágico-religiosos que han sido herramienta para controlar y adormecer a los de abajo por tantos siglos. Por lo demás y como era de esperarse, esa complaciente y vividora intelectualidad «de izquierda» que dentro o fuera del país proclama su adhesión al proceso bolivariano y a la memoria del fallecido, simplemente mirará para otro lado o rezongará por lo bajo ante esta mínima imperfección revolucionaria, como se acostumbró a hacer frente a las dictaduras marxistas del siglo XX.

Reproducimos de seguidas un testimonio que resulta del todo elocuente sobre lo antes dicho, un texto del boletín «Notas de Interés», editado por la Gerencia de Asuntos Públicos de la empresa estatal CVP -filial de la petrolera PDVSA-, sobre cuyo contenido no hay nada que deseemos comentar pues se explica por sí mismo. Sólo añadiremos que aparentemente el autor de esta joya de la verborrea estrafalaria es Antonio Aponte, reputado «analista» (¡!), «pensador» (¡¡!!) y «teórico» (¡¡¡!!!), cuyos escritos son desde hace tiempo parte esencial del catecismo promovido por el gobierno venezolano. Decimos esto porque encontramos el artículo en el blog donde A.A. suele exhibir orgullosamente las elucubraciones que perpetra.

Nota informativa final: Ya se ha anunciado que un busto de Chávez -especialmente concebido para colocar en altares- estará disponible en el mercado dentro de pocos días.

ellibertario@nodo50.org


Fuente: ellibertario@nodo50.org