Cuando todavía persiste el estupor que ha provocado la relación causa-efecto establecida por los obispos entre la « revolución sexual » y el aumento de la violencia doméstica, aparecen nuevos casos de agresiones sangrientas y terribles.

Cuando todavía persiste el estupor que ha provocado la relación causa-efecto establecida por los obispos entre la « revolución sexual » y el aumento de la violencia doméstica, aparecen nuevos casos de agresiones sangrientas y terribles.

En tan sólo 24 horas, se ha conocido la muerte de una mujer a manos de su novio, el intento de homicidio del ex marido de otra, la historia de un padre que mató a su hija porque su ex esposa lo denunció por amenazas y otros dos episodios de malos tratos más. Mientras tanto, la Justicia sigue intentando aplacar esta oleada de violencia que no cesa. Así, la Audiencia Provincial de Salamanca condenó ayer a 17 años de cárcel a un dominicano que, en la Navidad de 2002, mató a su mujer e intentó acabar también con la vida de su cuñado.