El pasado 7 de noviembre se conmemoró el 95 aniversario de la Revolución Soviética en Rusia. Las autoridades cubanas hicieron la tradicional celebración en el Memorial del soldado soviético, donde concurrieron representantes de las Fuerzas Armadas y del cuerpo diplomático.
En el noticiero de la noche, la TV cubana trasmitió esa actividad, pero también hubo una “noticia” sobre un gran desfile en la Plaza Roja de Moscú para celebrar la fecha revolucionaria, donde -lo vimos en la pantalla- marcharon bloques de soldados con banderas rojas, columnas de tanques y otras formidables maquinas militares, incluso cohetes intercontinentales y sistemas anti-misiles… para colmo, pude ver los rostros emocionados del Presidente y del Primer Ministro de Rusia.
En el noticiero de la noche, la TV cubana trasmitió esa actividad, pero también hubo una “noticia” sobre un gran desfile en la Plaza Roja de Moscú para celebrar la fecha revolucionaria, donde -lo vimos en la pantalla- marcharon bloques de soldados con banderas rojas, columnas de tanques y otras formidables maquinas militares, incluso cohetes intercontinentales y sistemas anti-misiles… para colmo, pude ver los rostros emocionados del Presidente y del Primer Ministro de Rusia.
La noticia me intrigó. En Rusia desde ya hace mucho (1991) no gobierna el Partido Comunista, y la Administración Putin ha hecho todo lo posible por “des-socializar” el país. Su organización política -el Partido Rusia Unida- se declara abiertamente “de ideología conservadora” y “de derechas”, mientras los comunistas ahora son oposición y tienen un montón de discrepancias con los actuales gobernantes.
Incluso, el acostumbrado feriado del 7 de noviembre se trasladó en el calendario para unos días antes, con vistas a conmemorar en vez de la revolución de 1917 la liberación de Moscú de las fuerzas polacas, en 1612.
Más todavía, me resultó extraño que los grandes carteles conmemorativos de la Plaza Roja que mostraba la pantalla de mi TV no aludían al 7 de noviembre, sino al 9 de mayo (día de la Victoria contra el nazi-fascismo). Y los sitios noticiosos rusos que me llegan vía internet no mencionaban absolutamente nada del “gran desfile” que tan marcial se veía en el noticiero cubano.
Pregunté por email a mi hermano, quien vive en la capital de Rusia. Su respuesta fue clara: sólo hubo ese día una pequeña y simbólica marcha militar, para recordar no la revolución como tal, sino a los soldados soviéticos que en el frío noviembre de 1941 fueron directo de la Plaza Roja al frente de la guerra, donde se definiría el destino de Rusia y de su capital.
Todo el resto de la parafernalia mostrada en pantalla, incluidos los cohetes, las banderas rojas y las imágenes del emocionado Presidente (quien por cierto estuvo enfermo de la columna por esa fecha, viéndose imposibilitado de ir a cualquier actividad pública), resultó ser un generoso “corta-y-pega”, contribución de la TV cubana al mito de que la Rusia de Putin -de alguna extraña y fantasmagórica manera- puede calificarse como un país “comunista”
Dmitri Prieto (Habana Times, 22.11.12;Observatorio Crítico, 25.11.12).
Fuente: Fondatíon Píerre Besnard