Hace tres días que la juez ordenó el ingreso en la cárcel del ex marido para el próximo lunes
Carmen Gutiérrez (Sevilla, 38 años) espera que su pesadilla concluya el próximo lunes. José María Aranda, su ex marido, ingresará en prisión para cumplir una condena de tres años por los delitos de maltrato habitual en el ámbito familiar y amenazas. Esta mujer lleva año y medio aguardando a que se ejecute la sentencia. Una espera que ha supuesto para ella un auténtico calvario. Este maltratador ha permanecido en libertad todo este tiempo, durante el que ha mantenido las amenazas a Carmen y, según ésta, la ha perseguido e incumplido la orden de alejamiento que pesa sobre él.
Hace tres días que la juez ordenó el ingreso en la cárcel del ex marido para el próximo lunes

Carmen Gutiérrez (Sevilla, 38 años) espera que su pesadilla concluya el próximo lunes. José María Aranda, su ex marido, ingresará en prisión para cumplir una condena de tres años por los delitos de maltrato habitual en el ámbito familiar y amenazas. Esta mujer lleva año y medio aguardando a que se ejecute la sentencia. Una espera que ha supuesto para ella un auténtico calvario. Este maltratador ha permanecido en libertad todo este tiempo, durante el que ha mantenido las amenazas a Carmen y, según ésta, la ha perseguido e incumplido la orden de alejamiento que pesa sobre él.

Su agresor ha empleado todas las posibilidades judiciales para no cumplir su pena al presentar numerosos recursos y solicitar el indulto. Hasta el punto que Carmen no se acababa de creer ayer que su ex marido vaya a dormir el lunes en una celda. «No me fío. Tengo que verlo cuando mi abogada me diga : ’Esto es firme’, y que está en prisión. Si tiene que ingresar por medios propios no sé si lo va a hacer o no. Creo que es un paso gigante pero con cautela», dijo.

A Carmen le acompaña el miedo desde hace 20 años. Su «príncipe azul» resultó ser «un terrorista», afirma ella, quien asegura que comenzó a maltratarla pocas semanas después de irse a vivir juntos. Tenía 18 años y estaba «locamente» enamorada de él. «Era un encanto, muy agradable y amable», recuerda con anhelo. Pronto los piropos se tornaron en insultos. «Pasé de ser la mujer de su vida a una guarra, hija de puta y loca», dice Carmen. Y los golpes reemplazaron a las flores y detalles.

«Las agresiones eran constantes. He llegado a estar media hora con un cuchillo al cuello. Me ha roto un brazo estando embarazada. Me ha cogido por los pelos mientras tendía la ropa a un paso de caerme. Me ha echado de casa y me ha dejado en la calle en medio de la noche», enumera Carmen. Con todo, afirma que lo que más daño le ha hecho ha sido la tortura psicológica que le hizo pasar su agresor : «Me hizo creer que era una mala persona. Me dijo tantas veces que no merecía vivir y que era mala que terminé casi por asimilarlo».

En su relato desgarrador, Carmen recuerda cuando decidió, después de 20 años, denunciar a su marido. «Un día me dijo que estaban cavando un pozo en un campo y que ahí podía echar mi cadáver. Nadie lo encontraría y podría decir que yo me había fugado con alguien o había desaparecido. Entonces sentí verdadero miedo», relata con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada por la emoción y el dolor de los recuerdos. Con todo, la víctima se siente también culpable. «Me reprocho a diario no haber sido capaz de proteger a mis hijas -21 y 15 años-«, afirma. Su hija mayor, María Ángeles, se abraza a ella y le da un beso a la par que niega las palabras de su madre con la cabeza.

Su calvario concluirá en tres días. Podrá «por fin» conciliar el sueño. Esperanza Jiménez Mantecón, la juez que debe ejecutar la sentencia, dictó el pasado lunes un auto de ingreso en prisión que obliga al condenado a entrar en la cárcel el próximo lunes. Es una resolución que no tiene vuelta atrás.

El ex marido de Carmen Gutiérrez, José María Aranda, ha usado todas las vías y las posibilidades que contempla la ley. «No hemos usado de forma torticera la legislación», explica Juan de Dios Ruiz Copete, su letrado. La Fiscalía de Sevilla también recalca que todo el procedimiento se ajusta a la ley.

Ruiz Copete, recurrió el auto de ejecución de sentencia, de fecha de 29 de abril de 2005. Cuando agotó esta vía en el mismo juzgado y ante la Audiencia de Sevilla la magistrada Jiménez Mantecón dictó una providencia ordenando que fuera a la cárcel el 6 de abril de este año.

Unos días después, el 26 de abril, Aranda solicitó el indulto y dirigió un escrito al juzgado solicitando la suspensión del ingreso o subsidiariamente que se le aplazara un mes la entrada en la cárcel. En ese momento procesal, la Fiscalía de Sevilla le dijo al juzgado que cabía aplazar la entrada en prisión del individuo mientras se tramitaba el mismo. El Ministerio Público justificó su postura porque el condenado estaba abonando mensualmente la indemnización fijada en la sentencia (13.000 euros) y si iba a la cárcel cesaría el pago. Hasta el momento Aranda ha ingresado casi 9.300 euros a la víctima.

Además, este hombre presentó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en el momento que el fallo fue firme. Este recurso todavía está pendiente de resolución.


Fuente: M. DÍAZ / F. P. MONGUIÓ - Sevilla EL PAÍS