Acción del Espacio Horizontal contra la Guerra y amig@s en JUVENALIA.
El Espacio Horizontal contra la Guerra, con viej*s y nuev*s amig*s ha realizado en el Día de los Inocentes una acción directa noviolenta, desarrollada en las instalaciones de las Fuerzas Armadas en la Feria de la Juventud de Madrid, JUVENALIA.
Un grupo de un*s veinte antimilitaristas entraron esta tarde en la «Feria de la Juventud» de Madrid conocida como JUVENALIA. El primer obstáculo era poder colar sin problemas el material para la acción : pancarta, panfletos, disfraces… ya que hay en la entrada controles y los guardias de seguridad hacen pasar a todos los visitantes las bolsas y cazadoras por rayos X, como en los aeropuertos. Debido al poco celo de las y los vigilantes y por el despiste que generó involuntariamente un activista -al desparramar todas las monedas y chatarra que llevaba en su cazadora por la máquina de rayos X- se pudo pasar todo el material sin problemas. Por una vez, la suerte ha estado de nuestra parte.
El primer susto se sufrió cuando la mayoría del grupo había pasado el primer control y se dirigía a los tornos de entrada para acceder al pabellón de JUVENALIA, y se oyó que chillaban algo insistentemente desde atrás. Falsa alarma, era un abnegado trabajador de «Círculo de Lectores», que quería hacer una oferta imposible de rechazar (en otra ocasión, compa). Se accedió ya al pabellón 2, donde había enorme cantidad de niñas y niños, en grupos organizados o con sus familiares, realizando todo tipo de actividades. Se continuó hasta el pabellón 4 (no está claro a cuantos antimilitaristas se les despertó el famoso «reloj biológico» para la procreación en el tránsito) y ahí el grupo se separó : por un lado el grupo de apoyo, por otro la gente que debía disfrazarse (que lo hizo en los baños) y el resto se dispersó con sus grupos de afinidad.
El montaje del Ejército en JUVENALIA es impresionante : las y los chavales pueden trepar por paredes asegurados con cascos y arneses, desplazarse sobre cuerdas suspendidas en el aire, entrar en un helicóptero o en alguno de los tres tanques preparados para la ocasión… El Ejército realiza una jugada muy inteligente alestar presente en este tipo de eventos mostrando su cara más amable. Una vez ya disfrazados de «heridos/muertos de guerra», un grupo de antimilitaristas se tiró al suelo simulando su muerte en el pasillo que llevaba a las «atracciones» del Ejército. A la vez, unos payasos antimilitaristas empezaron a intentar jugar con las niñas y niños que esperaban para acceder a las «atracciones», y finalmente, se desplegó una pancarta bien visible con el lema «LA GUERRA NO ES UN JUEGO».
El resto de activistas empezó a repartir entonces a los familiares y monitores que estaban en el pabellón 4 el panfleto con el texto «ESTO NOS PASÓ POR JUGAR A LA GUERRA» [se adjunta íntegro al final de esta crónica]. Durante más de diez minutos se estuvo repartiendo panfletos y con la representación de «muertos» y «payasos antimilitaristas». Los militares al principio quisieron mostrar indiferencia, pero al final iban poniéndose cada vez más nerviosos y saliéndose de su «posición» para acercarse a la pancarta y al resto de activistas. En general, la acogida por niños y familiares de la acción fué buenísima, excepto por parte de progenitores con todo el aspecto de ser de «extremo centro».
Pasados más de diez minutos, donde continuamente se estuvo panfleteando y explicando la acción a los asistentes (los soldados se ponían cada vez más nerviosos y agresivos), hicieron acto de presencia varios guardias de seguridad. Al no poder razonar con ellos y haberse cumplido el objetivo de la accción el grupo empezó a retirarse, coreando «NO A LA GUERRA» y «LA GUERRA NO ES UN JUEGO». Bastantes asistentes se animaron a corear las consignas, aumentando muchísimo el malestar de los soldados y mandos presentes. Se había consensuado previamente no protagonizar escenas que pudieran verse como violentas, al haber gran cantidad de niños y padres delante, por lo que no se forzó ninguna detención ni salida a rastras de los activistas, como suele ser habitual en estos casos.
Hasta la salida del recinto se continuó con las labores de difusión. Al final, un grupo de chavalas y chavales que apoyó e hizó fotos al grupo de antimilitaristas tuvo un encontronazo con varios guardias de seguridad, tremendamente excitados. Afortunadamente, la cosa no pasó a mayores y se salió del recinto, volviendo a corear «NO A LA GUERRA», aunque uno de los guardias estaba empeñado en poder pegar a alguien. El grupo de antimilitaristas volvió al fín con sus compas de Barajas, a tomar unas cervezas en su centro social y a comprar unas molonas camisetas. ¡Saquemos la guerra de la historia y de nuestras vidas !
TEXTO «ESTO NOS PASÓ POR JUGAR A LA GUERRA»
La guerra no es un juego. En los conflictos bélicos actuales, la infacia no sólo no es protegida sino que es usada para mantenerlos. Según Amnistía Internacional y Save the Children, hay al menos 300.000 menores combatiendo en 20 guerras distintas. Son más fáciles de entrenar y reemplazar, tienen más vigor, son más dóciles y baratos que las personas mayores y los reclutan en la calle, el colegio o los sacan de casa de sus padres a punta de pistola. Y también abusan sexualmente de ellos.
NO JUEGUES A LA GUERRA.
Par : CGT Salamanca