Ahí va nuestro coche, con tres jóvenes en su interior -dos riojanos y un navarro-, rumbo a Niza, rumbo a las movilizaciones contra las políticas de quienes mal guían el rumbo de nuestras economías, el G-20. Van cargados de ilusiones, de rebeldía, parapetados con buenos discursos y atrincherados en grandes convicciones, pero armas, lo que se dice armas,... ninguna.

A las siete de la mañana
del día 1 de noviembre, tras largas horas de viaje, llegan a Niza,
todo bien, pero…. reciben las indicaciones de una dotación de
antidisturbios. Registran el coche y ante el hallazgo de distintas
publicaciones de línea anarquista y diverso material de montaña se
les escolta hasta dependencias policiales donde se les incautan: un
piolet, crampones, bastones de treking, varios pares de guantes,
gafas de protección, gorros, bragas, la carpeta y un ordenador
portátil.

A las siete de la mañana
del día 1 de noviembre, tras largas horas de viaje, llegan a Niza,
todo bien, pero…. reciben las indicaciones de una dotación de
antidisturbios. Registran el coche y ante el hallazgo de distintas
publicaciones de línea anarquista y diverso material de montaña se
les escolta hasta dependencias policiales donde se les incautan: un
piolet, crampones, bastones de treking, varios pares de guantes,
gafas de protección, gorros, bragas, la carpeta y un ordenador
portátil. Tras 24 horas de calabozo (con tomas de declaración,
identificaciones,…), se les traslada al juzgado, al tribunal
provincial de los Alpes Marítimos, ubicado en Aix le Provence.

Tras el juicio, se les
condena a cuatro meses de prisión y la prohibición de la entrada en
la región de los Alpes Marítimos durante los próximos tres años
por “tenencia y transporte de armas de sexta categoría (cualquier
clase de objeto que pueda utilizarse de forma violenta) con tentativa
de organizar actos violentos en contra de la integridad física de
las personas”. Según la legalidad francesa, sólo deberían
cumplir uno de esos meses.

Si todo lo contado
resulta totalmente increíble, nos quedamos sin palabras cuando la
farsa jurídico-política se recrudece al día siguiente de la
celebración del juicio, al recibir los tres jóvenes un aviso de
apelación por parte del fiscal para pedir penas más severas (de 10,
8 y 5 meses).

Hoy, cuando ya no pueden
ocultar que el capitalismo toca fondo, que las criminales políticas
de los gobiernos y de las instituciones internacionales son cada vez
más cuestionadas por más personas, tratan de recurrir una vez más
a la criminalización de la disidencia para presentarnos como un
peligro a quienes reaccionan frente a los abusos del poder. Así,
donde vemos tartas nos dicen que son bombas, o donde hay un piolet
ven una pistola. Tan burdo es su proceder, tan corto su mirar.

Al igual que con el
capitalismo, la veracidad de los medios de “información” se
cuestiona cada vez por más personas, revelador es el mismo titular
que esparcieron TVE, 20 minutos, ABC e Intereconomía: “Cinco
españoles detenidos en el G-20 con bastones de esquí transformados
en armas”, así como el mismo entresacado de la noticia que
esparcieron los mismos medios: “La policía se incautó de armas
blancas y una pistola encontradas en el maletero del coche de los
tres condenados”. Ninguno de estos medios ha reconocido que mintió,
quedándose tan anchos sin importarles el daño moral ocasionado a
tres personas con nombres y apellidos, porque sí, citaron sus
nombres y apellidos, y en su nombre, exigimos una rectificación.

El próximo 30 de
noviembre a las ocho de la mañana, Adri, Miguel y Urme volverán a
ser juzgados. Que no gane el silencio, que se conozca su situación
para que este mal sueño no continúe, para que salgan en libertad.
Por ello, acude a la concentración del próximo martes, a las 20:30
h, frente al Parlamento de Navarra para apoyar a los tres jóvenes.
Seamos su mejor defensa, no les podemos dejar solos ante esa gente
con tan mala leche y tanta imaginación.

Txus Najera Allo – Colectivo Malatextos


Fuente: Txus Najera Allo - Colectivo Malatextos