El profesor universitario Robert F. Barsky nunca hubiera imaginado que acabaría carteándose con uno de sus mitos, el pensador Noam Chomsky. Y no se quedó en ello. Después de escribirse desde 1987 —cuando Barsky le envió un trabajo sobre la teoría del lenguaje— y conocerse en persona a principios de los 90, Barsky publicó en 1997 su biografía en EEUU. Noam Chomsky. Una vida de discrepancia (Península), que acaba de ser traducido al castellano, ahonda en su entorno e influencias.
«Si quieres conocer las ideas de Chomsky, lee sus libros. Pero ¿de dónde sale todo esto ?», es lo que se preguntó Barsky a la hora de ponerse a escribir. «Estaba muy interesado en sus influencias, basadas en Descartes, Humboldt, la Ilustración, los anarquistas Peter Kropotkin y Rudolf Rocker, el anarcosindicalismo español, Bertrand Russell y también en la gente de su alrededor», explica. Barsky no pensaba en ello como en una biografía —género que detesta el propio Chomsky—. «Fue como un largo diálogo y creo que él valoró la idea de explicar el contexto intelectual», asegura.
Mientras que, por un lado, Barsky ha querido mostrar «lo que le hizo ser como es ahora y saber lo que sabe», por otro, defiende que es un libro que expone que no hay que ser ortodoxo. El autor espera que este libro «te dé el derecho a pensar lo que quieras y añada la capacidad de llevar estos pensamientos a una rueda creativa. Porque creo que Chomsky es el mejor animando a la gente a que piensen por sí mismos».
Fuente: CLARA DE COMINGES / El Periodico