Un obrero de 32 años murió ayer en Motril (Granada) por un infarto fulminante mientras estaba trabajando en las obras de urbanización de un polígono industrial de la localidad. El trabajador estaba casado, tenía una hija de 2 años y su mujer está embarazada de siete meses, según informaron fuentes familiares.
El trabajador perdió el conocimiento pasadas las 11.30 horas y fue atendido por un equipo del 061, según informó el Centro de Coordinación de Emergencias 112. El equipo médico intentó sin éxito reanimar al obrero, que había sufrido el infarto cardíaco.
Fuentes de la Policía Nacional de Motril confirmaron a Europa Press que, en principio, la llamada de emergencia alertaba de que se había producido un accidente laboral pero después se pudo saber que el hecho no guardaba relación “con la labor que estaba realizando el fallecido”.
El cuerpo sin vida del hombre fue levantado por orden del juez de guardia. Más tarde, el cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Granada, donde le será practicada la autopsia.
Fuente: El Correo