Un vecino de Rois, de 21 años, que responde al nombre de Óscar Guillerme Rodríguez, falleció ayer aplastado entre dos máquinas pesadas que estaban abriendo pistas en los montes de Leiro para construir la futura autovía cuando trababa de resolver un pequeño problema técnico. El accidente se produjo a las 12.15 de la mañana, momento en el que los operarios que están trabajando en las obras de la futura autovía se encontraban en plena faena para cumplir los plazos previstos en el contrato.
El joven de Rois, según fuentes policiales, estaba pilotando una pala pendiente arriba y pocos minutos después, se apeó para intentar resolver un problema técnico de una apisonadora que se encontraba en las inmediaciones, intentando remolcarla. En este cometido se encontraba cuando de forma sorpresiva, el vehículo que había estado conduciendo hacía unos minutos y supuestamente había dejado con el freno de mano colocado, se desplazó pendiente abajo y lo atropelló, aplastándolo literalmente contra la apisonadora y falleciendo en el acto.
Los compañeros se quedaron de una pieza e inmediatamente se acercaron para ver en qué situación se hallaba el joven, descubriendo que el golpe brutal le había aplastado la cabeza, de hecho, las vísceras quedaron al descubierto, y yacía cadáver. Inmediatamente, se pusieron en contacto con los servicios de emergencias y las fuerzas del orden, que se acercaron al lugar sobre la una de la tarde, un escenario al que también acudió el alcalde de Rianxo, Pedro Piñeiro, que nada más recibir la comunicación, se desplazó a Leiro para conocer de primera mano la tragedia y ofrecer todo tipo de facilidades.
Es el primer accidente laboral que se cita en las obras de desdoble de la Vía Rápida de O Barbanza en autovía desde que se iniciaron los trabajos, a finales del pasado año 2006 , un escenario en el que trabajan más de mil operarios con la previsión de que en en el 2008, esta vía de alta capacidad se abra por fin al tráfico rodado.
Acceso blindado> El personal de seguridad de las obras prohibió en todo momento el acceso al lugar del siniestro y sólo la Guardia Civil y la Policía Local tenían vía libre. La preocupación y los ánimos estaban a flor de piel en el lugar del suceso, tanto fue así, que una de las encargadas de las obras se mostró desconcertada cuando un taxi se saltó literalmente la prohibición de entrar en la Vía Rápida ?que está cortada al tráfico entre Dodro y Boiro por el peligro de desprendimiento de tierras al nivelar el terreno mediante detonaciones ? y acercarse al escenario de la tragedia, aunque los ánimos se relajaron al ver que el ocupante no era otro que el médico forense, que llegó después de la una y media de la tarde para ordenar el levantamiento del cadáver. Al lugar del suceso se acercaron inspectores de trabajo y la Policía Judicial, dependiente de la Guardia Civil, que estuvo tomando declaraciones a todos los testigos para conocer con exactitud cómo sucedió todo.
Fuente: M. ANGUEIRA / www.diariodearousa.com