«Vi al chico tendido en el suelo semiinconsciente. Le dijo al encargado de la obra que avisara una ambulancia porque había sufrido un golpe muy fuerte en la espalda. No me hizo caso. Le recogieron del suelo y lo metieron en un coche». Este es el testimonio de uno de los testigos que presenció un accidente laboral en Palma donde un joven, de 25 y nacionalidad ecuatoriana, quedó inválido. Los hechos ocurrieron en febrero de 2001.
La vista por esta causa empezó el pasado 22 de junio en los juzgados de Vía Alemania aunque quedó aplazado hasta ayer. Tres personas, dos empresarios, padre e hijo, y un aparejador, se sentaron en el banquillo de los acusados como presuntos autores de un delito contra los trabajadores así como por la falta de medidas de seguridad en la obre y por lesiones imprudentes.
Tanto la víctima como otros dos obreros que trabajaban en la misma empresa aseguraron ante el tribunal que las condiciones laborales eran muy malas y que los acusados les contrataron «a pesar de no tener papeles».
«Nos pagaban 800 pesetas la hora. Trabajábamos sin medidas de seguridad. Un día después del accidente de mi compañero nos trajeron unos cascos y unos guantes por si realizaban alguna inspección», explicó uno de los empleados, el primero en auxiliar al herido.
Según la declaración de este testigo, el herido se precipitó desde un tercer piso, de una altura aproximada de nueve metros, por el hueco de una escalera que habían suprimido para ser reformada.
Fractura de una vértebra
«Le vi tendido en el suelo. Se había golpeado con fuerza en la espalda. Avisé al encargado. Le dije que llamara a una ambulancia pero me respondió que no iba a arruinarse la vida por un sin papel. Le recogieron y lo llevaron hasta un coche. Le metieron en el asiento delantero y ya no supe más», concluyó. El joven herido sufrió el aplastamiento de una vértebra, que le causó la invalidez.
Otro trabajador explicó que días después los acusados les exigieron que si venía algún inspector les dijeran que no conocían al herido y que no había trabajado con ellos.
La fiscal y la acusación particular piden una pena total de 8 años de prisión para los tres encausados.