Un agente del Cuerpo Nacional de Policía, con categoría de oficial, mató anoche de un disparo a un supuesto ladrón con el que mantuvo un forcejeo al resistirse este último a ser detenido. La víctima, que iba desarmada, según la policía, se disponía a coger un coche aparcado en la calle de Ramón Pérez de Ayala y que estaba siendo vigilado por cinco agentes. Uno de ellos le dio el alto exhibiendo su placa y blandiendo su pistola reglamentaria. La víctima se abalanzó sobre el policía y en el forcejeo el arma se disparó alcanzándole el disparo en la cabeza, según la Jefatura Superior.
La víctima, que iba desarmada, pretendía recoger un coche vigilado por cinco agentes
Un agente del Cuerpo Nacional de Policía, con categoría de oficial, mató anoche de un disparo a un supuesto ladrón con el que mantuvo un forcejeo al resistirse este último a ser detenido. La víctima, que iba desarmada, según la policía, se disponía a coger un coche aparcado en la calle de Ramón Pérez de Ayala y que estaba siendo vigilado por cinco agentes. Uno de ellos le dio el alto exhibiendo su placa y blandiendo su pistola reglamentaria. La víctima se abalanzó sobre el policía y en el forcejeo el arma se disparó alcanzándole el disparo en la cabeza, según la Jefatura Superior.
Los hechos ocurrieron en el distrito de puente de Vallecas cuando tres integrantes de una supuesta banda de asaltantes de hoteles y gasolineras fueron a recuperar un coche que estaba siendo vigilado por los investigadores, según informó una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
El suceso ocurrió sobre las diez y media de la noche en el número 104 de la calle de Ramón Pérez de Ayala. Los agentes de la comisaría de este distrito estaban vigilando un Audi 3 de color rojo con matrícula 0762CTF que, supuestamente, era utilizado por los asaltantes para cometer sus delitos, actos que perpetraban siempre coaccionando a sus víctimas con una escopeta de cañones recortados.
Los policías vieron que tres integrantes de la supuesta banda que estaban vigilando llegaban al lugar donde estaba estacionado el Audi. Hasta ese punto llegaron en un Opel Astra que habían sustraído por la tarde en un taller mecánico del distrito de Moratalaz.
Los agentes decidieron entonces, sobre la marcha, distribuirse para detener a los supuestos ladrones. Dos de los policías se fueron hacia los dos que se quedaron dentro del Opel Astra. Y el tercero se dirigió hacia el que iba al Audi. Éste hizo caso omiso de las indicaciones de «alto, policía» que le hizo el agente de la Comisaría de Puente de Vallecas. El policía le mostró su placa y el arma reglamentaria.
El supuesto ladrón, en lugar de permanecer quieto junto al coche, se abalanzó sobre el policía y se inició un forcejeo. En el transcurso del mismo el arma reglamentaria se disparó, según la versión oficial de la Jefatura Superior. La bala le impactó en la cabeza al supuesto delincuente, lo que le causó la muerte en el acto. El cuerpo quedó tendido entre dos coches.
Los presuntos delincuentes no portaban en el momento de la detención la escopeta de cañones recortados con la que cometían sus atracos, según las primeras investigaciones de la policía.
La víctima estaba indocumentada, por lo que agentes de la Policía Científica tomaron anoche sus huellas para intentar averiguar su identidad, sin embargo, fuentes de la investigación aseguran que el fallecido debía de tener unos 25 años y que posiblemente era latinoamericano.
Dos detenidos
Los otros dos agentes lograron detener a los ocupantes del Opel Astra. Se trataba de Oswaldo Patricio Vinirilla Ramos, un ecuatoriano de 20 años con diversos antecedentes por delitos contra el patrimonio. El segundo detenido es Alexander Mario Díaz Remacho, de 21 años y con un antecedente por robo y una orden de búsqueda y captura de un juzgado.
La Subdelegada del Gobierno, Pilar Gallego, solicitó anoche que para primera hora de esta mañana estuviera listo un exhaustivo informe de cómo se produjeron los hechos que acabaron con la muerte del supuesto ladrón.
Al lugar de los hechos se desplazaron los facultativos de una UVI móvil del Samur-Protección Civil, que sólo pudieron certificar la muerte del individuo, dada la gravedad de las lesiones producidas por el balazo. Al lugar se desplazaron también diversos efectivos de la comisaría de Puente de Vallecas y de Seguridad Ciudadana.
Varios vecinos de la zona salieron de sus casas y se arremolinaron ante el cordón policial. Uno de ellos, Juan José Jiménez, aseguró que «quien causó la muerte» al presunto delincuente fue «una joven policía», que tras el incidente se hallaba visiblemente nerviosa. Este mismo testigo afirmó que el fallecido «recibió un balazo en la cabeza y otro en el lado derecho del pecho», y aseguró que la víctima «sacó un arma sin que llegara a dispararla».
El sangriento incidente se produjo en un callejón, una especie de fondo de saco sin salida, situado muy cerca del colegio Tajamar. Los vecinos de esta calle que se encuentra junto al colegio Tajamar recordaron lo «ajetreada que es esa zona» de la capital. En el número 156 de la misma calle el 4 de mayo de 2002 un hombre, una mujer y un bebé supuestamente hijo de la pareja, fueron hallados carbonizados bajo un colchón humeante sobre las tres de la madrugada. La policía detuvo al presunto homicida, que vivía en el inmueble en cuyo soportal fueron hallados los cadáveres.
Fuente: F. JAVIER BARROSO / JESÚS DUVA Madrid / EL PAÍS