Raffaelo Rozzi perdió ayer su vida intentando salvar otras. La tragedia se desató a las 12.45 horas. Acompañado de otros tres trabajadores, este ingeniero italiano de 36 años y residente en Bilbao, ultimaba la puesta a punto de una planta depuradora en las instalaciones de Bionor Transformación, una empresa dedicada a la producción de biodiésel, ubicada en el municipio alavés de Berantevilla.
La piscina se encontraba vacía, con apenas 50 centímetros de restos orgánicos, agua y fangos. A.G.Z. trabajaba en su interior cuando, al parecer, inhaló una « fuerte concentración de monóxido de carbono », cuyo origen se investiga. Su padre se percató rápidamente de que mostraba síntomas de desfallecimiento y bajó a socorrerle. Pasados unos instantes y al ver que no salían ninguno de los dos, se lanzaron P.M.G. y Rozzi. Los cuatro quedaron aturdidos, al borde de la inconsciencia. Finalmente, el único que logró salir por su propio pie fue el primero de todos ellos, A.G.Z.
Sus gritos alertaron a otros empleados de la planta, que se percataron de lo sucedido y llamaron a los servicios de emergencia. Los Bomberos de la localidad burgalesa de Miranda de Ebro recibieron el aviso a las 12.54. Pocos minutos después, descendían por la nave de siete metros de altura, donde el joven italiano yacía inconsciente. Rozzi y otro compañero tuvieron que ser rescatados con arneses. El cuarto pudo salir por sus propios medios.
Rescate muy complicado
El operativo se dio por finalizado a las 14.50 horas tras una operación de rescate « muy complicada ». Las ambulancias trasladaron a tres operarios a hospitales de Miranda y Vitoria. Raffaelo Rozzi falleció en la misma planta instantes después de haber sido evacuado del tanque. El levantamiento del cadáver se produjo en torno a las 15.20 horas.
Fuentes oficiales del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral (Osalan) confirmaron que A.G.Z. y P.M.G fueron trasladados a media tarde de ayer desde el centro sanitario de Miranda de Ebro a la UCI del hospital Santiago de Vitoria debido a su gravedad. Portavoces sanitarios aclararon que ambos estaban sedados e intubados y que necesitaban de ventilación mecánica para respirar.
Mientras tanto, A.G.R. permanecía ingresado en la UCI de Txagorritxu, también en la capital alavesa. El cuerpo de la víctima fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Vitoria para practicarle la autopsia.
La empresa donde se produjo el fatal accidente, Bionor Transformación SA, declinó dar explicaciones y se remitió a los resultados de la investigación abierta. Eso sí, fuentes de la compañía señalaron que el trágico incidente se produjo en una nave industrial anexa a la planta de biodiésel -combustible procedente del aceite vegetal- en la que se está ultimando la puesta en marcha de la depuradora de líquidos residuales. Estos mismos medios subrayaron que todo se debió a una « fatalidad ».
En este sentido, un portavoz de Osalan añadió que en el interior de la nave no había medios de ventilación forzosa, « sólo portones o ventanas ». Además, los operarios « no contaban con dispositivos de protección respiratoria ».
Bionor, cuyas instalaciones se inauguraron en 2003, había encargado los trabajos del sistema de depuración a Sitecma y Coopenor, dos empresas afincadas en Vizcaya y que estaban trabajando conjuntamente en su construcción. El fallecido, al igual que P.M.G., pertenecían a la primera. El padre y el hijo, a Coopenor. Será el lunes cuando la mayoría de los sindicatos protesten en diferentes concentraciones por esta nueva muerte ; la 42 este año por un accidente laboral en Euskadi.
Fuente: A. LORENTE / C. ORTIZ (El Correo Digital). Foto : Avelino Gómez.
