Un informe elaborado por el Relator Especial de la ONU para los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos, John Dugard, constata que Israel está ejerciendo un régimen represor sobre los territorios de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, y compara el trato que Israel concede a los palestinos con el que los negros recibieron durante el Apartheid sudafricano.
«La comunidad internacional, hablando a través de Naciones Unidas, ha identificado tres regímenes que son dañinos para los Derechos Humanos : el colonialismo, el apartheid y la ocupación extranjera», dice Dugard en el documento de 24 páginas, y el abogado sudafricano encuentra similitudes entre el régimen israelí y estas tres formas de represión, según recoge la agencia «Maan».
En cuanto a la ocupación, el documento destaca que Israel está claramente ocupando otra nación. Dugard además desmonta la reclamación israelí de la retirada de la Franja de Gaza en el verano de 2005, ya que las fuerzas israelíes mantienen el control de todas las fronteras, el espacio aéreo y marítimo alrededor de la franja, y además, llevan a acabo numerosas incursiones militares en el territorio.
SIMILITUDES DE ISRAEL CON EL RÉGIMEN DEL APARTHEID
Más aún, Dugard constata que las prácticas discriminatorias israelíes contra los palestinos se asemejan a las del Apartheid sudafricano. «La discriminación contra los palestinos ocurre en muchos campos. Además, la Convención Internacional de Supresión y Castigo de los Crímenes de Apartheid parece ser violada por muchas prácticas, particularmente las relacionadas con negar la libertad de movimiento a los palestinos», afirma el documento.
Dugard critica duramente el sistema hebreo de checkpoints y barreras por todo Cisjordania, lo que hace la libertad de movimiento y de comercio imposible. «Existe una lista secreta con unos 180.000 nombres de riesgos para la seguridad que no pasan por los checkpoint», constata el relator de la ONU, «pero no se avisa a esa persona sobre la lista hasta que llega a un checkpoint», puntualiza.
Esto significa que «se deja a los palestinos encontrar con pruebas y errores si se les permitirá pasa por un control en un día determinado», denuncia el enviado de la ONU. «Prevalece un régimen arbitrario y caprichosos», sentencia.
Dugard además alerta a Israel de que en el apartheid sudafricano, el sistema similar para restringir la libertad de movimiento de los negros (las conocidas «leyes de paso») «creó más odio y hostilidad hacia el régimen que ninguna otra medida». «Israel haría bien en aprender de esta experiencia», recomienda.
LA SEGURIDAD NO JUSTIFICA EL MURO
Por otra parte, Dugard tiene también palabras para el muro de separación construido en Cisjordania :»Ha quedado muy claro que el muro y los checkpoints están destinados principalmente para garantizar la seguridad, conveniencia y comodidad de los colonos».
En concreto, Dugard afirma sobre la construcción del muro alrededor de Jerusalén Este (de 75 kilómetros) que se trata de «un instrumento de ingeniería social diseñado para mejorar la judaización de Jerusalén reduciendo el número de palestinos en la ciudad». El muro está siendo construido en vecindarios palestinos, denuncia, separando a palestinos de palestinos, de una manera que «no puede concebirse como justificación por asuntos de seguridad».
Asimismo, según el documento, Israel está llevando a cabo prácticas colonialistas a través de los asentamientos. «Este aspecto del expolio israelí de Cisjordania parece una forma de colonialismo del tipo de las que se han declarado formas de negación de los Derechos Humanos y contrarias a la Carta de Naciones Unidas».
Por otra parte, Dugard acusa tanto al Ejército hebreo como los militantes palestinos de crímenes de guerra y constata que «las personas responsables de disparar misiles en zonas civiles deben ser perseguidas. Esto es aplicable a los palestinos que disparan Qassams a Israel, y a los miembros de las Fuerzas israelíes que han cometido este tipo de crímenes».
Por otra parte, señala que, pese a que la responsabilidad individual es importante, «la responsabilidad del Estado de Israel por la violación de las leyes internacionales en sus acciones contra el pueblo palestino no debe ser pasada por alto».
En cuanto a la política de demolición de edificios residenciales en la franja de Gaza sospechosos de albergar armas, a través de ataques aéreos de los que se avisa mediante una llamada telefónica minutos antes, Dugard afirma que es «política de terrorismo por teléfono».
Tampoco ahorra calificativos el abogado sudafricano al calificar la situación de los 1,4 millones de palestinos que viven en Gaza y señala que se trata de «una estrangulación controlada que parece caer dentro de los generosos límites de la tolerancia internacional».
ACOSO EN HEBRÓN
El relator destaca asimismo los ataques racistas por colonos israelíes sobre palestinos, aludiendo a la situación de Hebrón, en Cisjordania, donde, recuerda Dugard «los niños palestinos son asaltados y humillados de camino a sus escuelas, los dueños de tiendas golpeados y los residentes viven con miedo a los colonos».
Pese a los dictámenes de la Corte Suprema Israelí que obligan a los militares hebreos a proteger a los palestinos de los colonos, «quedan aún evidencias de que el Ejército hace la vista gorda ante la violencia de colonos y, en ocasiones, colabora con los colonos en el acoso y humillación a palestinos».
Asimismo califica la política hebrea de asesinatos extrajudiciales de supuestos terroristas buscados de «pena de muerte a gran escala por la puerta de atrás».
Para concluir, el relator asegura que los casos de violación de Derechos Humanos en los territorios palestinos se han convertido en un «test para Occidente». El informe reconoce que otros muchos países en desarrollo en todo el mundo suprimen los Derechos Humanos, pero Israel es el único «régimen afiliado accidental» que lo hace. «Si Occidente falla esta prueba, difícilmente podrá esperar que el mundo en desarrollo se tome en serio las violaciones de los Derechos Humanos en sus propios países, y parece que Occidente está fallando la prueba», sentencia.
Fuente: EUROPA PRESS