Según los primeros datos, el agresor tenía una orden de alejamiento
Un hombre ha matado hoy a su mujer, presuntamente degollándola con un arma blanca en la localidad castellonense de Burriana. Posteriormente, el presunto agresor, que había sido denunciado por la víctima el mes pasado, por lo que tenía orden de alejamiento, ha intentado quitarse la vida, sin conseguirlo.
Según los primeros datos, el agresor tenía una orden de alejamiento

Un hombre ha matado hoy a su mujer, presuntamente degollándola con un arma blanca en la localidad castellonense de Burriana. Posteriormente, el presunto agresor, que había sido denunciado por la víctima el mes pasado, por lo que tenía orden de alejamiento, ha intentado quitarse la vida, sin conseguirlo.

Los hechos se han producido en el domicilio de la víctima, una mujer de nacionalidad rumana de 36 años que vivía en el número 36 de la calle Finello de Burriana. Al parecer, la madre de la víctima ha acudido sobre las nueve de la mañana al cuartel de la Guardia Civil de la localidad, convencida de que «iba a pasar algo» tras haber visto al agresor, identificado como A. G. D., de 45 años, cerca de la casa de su víctima.

Los agentes se han trasladado al domicilio de la mujer, de nacionalidad rumana, pero han llegado demasiado tarde. Al parecer, el marido ha conseguido las llaves de la casa pidiéndoselas a uno de sus hijos a la entrada del colegio. Después, se ha trasladado a la vivienda y, según fuentes de la investigación, ha degollado a la mujer. Acto seguido, ha intentado suicidarse de la misma manera, pero los agentes le han hallado con vida. Está ingresado en el hospital comarcal de Vila-real, con una herida «muy profunda y grave» en el cuello que hace a los médicos temer por su vida.

La esposa le había denunciado el pasado 13 de febrero por malos tratos que le habían provocado lesiones leves y amenazas, por lo que obtuvo una orden de alejamiento. Desde entonces vivían separados, según las fuentes.

Varios vecinos, que han dicho estar consternados por lo sucedido, han recordado que ella había confesado estar «harta» de ser maltratada y que su madre había venido desde Rumanía para ayudarla en la «complicada» separación de su marido. La víctima vivía en el barrio desde hacía unos cinco años y había trabajado en bares y en un bingo de la zona, por lo que era bastante conocida y formaba con su marido una pareja «normal», según han coincidido hoy en señalar algunos de sus vecinos.


Fuente: Agencias