Laudino Álvavez Parades : natural de Santullano y vecino de Gijón, murió ayer a los 57 años en el taller de chapa, al ser atravesado por una esquirla que se desprendió mientras se realizaba una prueba de las cuchillas de corte de chapa que habían sido cambiadas recientemente.
Los sindicatos recordaban el jueves que hacía mucho tiempo que no se producían accidentes mortales en la factoría de Arcelor-Mittal en Gijón y, sin embargo, ésta se ha convertido en una de las semanas más trágicas. Ayer, otro trabajador de la factoría de Veriña, Laudino Álvarez Parades, de 57 años, falleció mientras trabajaba, esta vez en el taller de chapa. Dos accidentes mortales en menos de 24 horas.
El suceso se produjo a las cuatro y media de la mañana, cuando el fallecido, junto a otros compañeros, se encontraba haciendo « una prueba rutinaria de las cuchillas con las que se corta la chapa y, por causas que se desconocen, al ir a producir el corte, se produjo un gran estruendo y de una de las cuchillas se desprendió una esquirla » que atravesó a Laudino Álvarez hasta el corazón causándole una muerte inmediata, informaron fuentes sindicales.
El informe de la Comisión de Seguridad de la empresa, que fue presentado a los sindicatos, apuntaba que la esquirla « era de unos seis centímetros y que, como un proyectil, atravesó el esternón de la víctima hasta llegar al corazón ».
El gran estruendo que produjo la máquina en el accidente provocó que varios de los trabajadores salieran corriendo. Fue entonces cuando vieron como su compañero caía al suelo. Por eso, en un principio se pensó que la causa de la muerte podía haber sido un infarto. Sin embargo, la autopsia reveló que se había tratado de un accidente laboral y no de un fallecimiento por causas naturales, como se creyó inicialmente.
Operación « habitual »
La empresa informó de que el trabajador se encontraba dirigiendo esta operación, que era « habitual », cuando se produjo el desgraciado accidente que le causó la muerte. El responsable de CC OO en la factoría de Gijón, Ángel Díaz, apuntó que la tarea « se estaba realizando según el protocolo » y, destacó que, tras haber visitado el lugar de la tragedia, « no llego a entender lo que ha ocurrido ».
Los servicios médicos de la empresa trataron de reanimar al trabajador en varios intentos, pero no pudieron hacer nada por él y sólo pudieron certificar su fallecimiento.
Laudino Álvarez era natural de la parroquia de Santullano, en el concejo de Las Regueras, aunque residía en Gijón. Su funeral se celebra hoy en la iglesia parroquial de Santullano a las tres y media de esta tarde. A continuación se trasladará el cuerpo al cementerio donde recibirá cristiana sepultura. El trabajador, que estaba casado y no tenía hijos, también estaba a punto de prejubilarse, como la víctima del día anterior. Al igual que ocurrió la víspera con la muerte de otro compañero de la factoría de Veriña, el Tren de Chapa Gruesa cerró la actividad durante 24 horas y reanudará su actividad a las seis de esta mañana.
Por su parte, el representante de UGT en la sección sindical de la empresa, Héctor Roces, volvió a lamentar el suceso. Reconoció que tras haberse sufrido dos accidentes en dos días, « habrá que ir mejorando aún más la seguridad en la factoría ». Mientras tanto, el accidente de ayer se seguirá investigando, al igual que se sigue haciendo con el producido el día anterior.
En 20 horas
La tragedia se volvió a repetir apenas 20 horas después de que otro empleado de Arcelor-Mittal falleciera, también en accidente laboral. El jueves, a las diez de la mañana, el gijonés Juan Manuel Llaneza Fernández falleció a los 59 años, tras quedar atrapado en la cadena móvil de cables eléctricos de un carro portador, denominado ’porta tundish’, por causas desconocidas que aún ayer se seguían investigando. También este trabajador, que era jefe de turno, murió de forma instantánea y su cuerpo fue hallado por sus compañeros, que se percataron de lo sucedido tras ver caer al suelo un casco de obra.
Estas dos fatalidades hicieron recordar también otro accidente mortal sufrido en Arcelor-Mittal en Asturias. Fue en 2002, cuando en la factoría de Avilés un obrero, Manuel Carlos Pérez de Paz, falleció al ser arrollado por un vagón de carga, que trasladaba carbón hasta las baterías.
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Fuente: IRENE GARCÍA / El Comercio Digital