Antonio Morata Rodríguez vivía en la calle de la Virgen de la Almudena y hasta esta mañana no se conocerá la versión oficial de lo sucedido
La línea. Antonio Morata Rodríguez, de cincuenta y seis años y residente en la calle de la Virgen de la Almudena de La Línea, resultó muerto ayer en un accidente ocurrido en la calle Antares, en la urbanización Venta Melchor, poco después de las cuatro y media de la tarde.
Antonio Morata Rodríguez vivía en la calle de la Virgen de la Almudena y hasta esta mañana no se conocerá la versión oficial de lo sucedido

La línea. Antonio Morata Rodríguez, de cincuenta y seis años y residente en la calle de la Virgen de la Almudena de La Línea, resultó muerto ayer en un accidente ocurrido en la calle Antares, en la urbanización Venta Melchor, poco después de las cuatro y media de la tarde.

Las causas del suceso no estaban muy claras en un principio debido a la falta de datos concretos y a la ausencia de testigos. Los agentes de la Policía Nacional trasladados al lugar del hecho analizaban dos posibilidades en los momentos posteriores al hecho y antes de conocer versiones más concretas. Una de ellas era que el fallecido estuviera andando por la calle y que hubiera sido atropellado mientras que la otra versión hablaba de la posibilidad de que la víctima fuera subido en la parte exterior del vehículo que le atropelló, es decir, que en una maniobra provocara su caída y que, una vez en el suelo, fuera atropellado.

La duda se acentuó por el hecho de que el conductor del vehículo se marchó del lugar antes de la llegada de la Policía víctima de una crisis nerviosa, con lo que todo lo que se especuló en un primer momento fueron conjeturas a la espera de recabar el mayor número posible de datos. Según pudo saber este diario, el conductor apareció después pero continuaba bastante afectado por lo sucedido, por lo que hasta esta mañana no podría serle solicitada su declaración, fundamental para conocer qué fue lo que sucedió dado que es la única persona presente en el momento del accidente.

En cualquier caso, con independencia de las circunstancias que rodearon el suceso, el hombre sufrió una gravísima herida a la altura del bazo que le pudo provocar una gran hemorragia interna como consecuencia de la cual falleció, aunque la caída también le provocó la fractura del cráneo porque no llevaba casco. De hecho, llevaba puesto un sombrero de paja en el momento del accidente.

Los efectivos del servicio de emergencias sanitarias del 061 acudieron al lugar del suceso para intentar reanimar al herido pero todo los intentos realizados resultaron inútiles, ya que Antonio Morata había fallecido prácticamente en el acto.

El cadáver permaneció junto al vehículo durante bastante tiempo mientras la titular del juzgado número tres realizaba preguntas a los agentes de la Policía Nacional y a un representante de la empresa a la que pertenecía el trabajador fallecido, todo ello mientras llegaba el médico forense para proceder al levantamiento del cadáver. Sobre las cinco y media llegaron algunos familiares y conocidos del fallecido. La Policía Local había acordonado la zona a los pocos minutos del suceso después de que compañeros del fallecido avisaron de lo ocurrido tanto a las fuerzas de seguridad como a los servicios sanitarios.

Por otro lado, A.R.M., de cuarenta años, sufrió fractura de la pelvis mientras bajaba de un poste de la luz en el recinto ferial. El suceso ocurrió sobre las siete de la tarde de ayer y el herido cayó de espaldas mientras descendía tras realizar su trabajo.

El servicio de emergencias sanitarias del 061 acudió al lugar y atendió en primera instancia al herido, que luego fue trasladado al hospital del Servicio Andaluz de Salud, donde quedó ingresado en observación.


Fuente: JOSÉ MANUEL FERNÁNDEZ/europasur