El estudio, que ha sido llevado a cabo por expertos de A Coruña, Madrid y Barcelona, ha analizado a más de 6.000 marineros
Tos crónica, dificultades para respirar y obstrucción nasal son las secuelas que dejó el fuel del ‘Prestige’ dos años después a marineros y mariscadores que lo recogieron de las costas y las rías gallegas sin apenas protección. Es el resultado de un estudio del que hoy se hace eco el diario ‘El País’ sobre más de 6.800 pescadores que salieron a combatir la ‘marea negra’ en noviembre de 2002.
El estudio, que ha sido llevado a cabo por expertos de A Coruña, Madrid y Barcelona, ha analizado a más de 6.000 marineros

Tos crónica, dificultades para respirar y obstrucción nasal son las secuelas que dejó el fuel del ‘Prestige’ dos años después a marineros y mariscadores que lo recogieron de las costas y las rías gallegas sin apenas protección. Es el resultado de un estudio del que hoy se hace eco el diario ‘El País’ sobre más de 6.800 pescadores que salieron a combatir la ‘marea negra’ en noviembre de 2002.

Los efectos fueron peores para los que actuaron en un primer momento en el mar, en las playas y en la limpieza de las embarcaciones. También se han detectado algunas molestias respiratorias entre los voluntarios aunque en estos casos de menor intensidad, porque llevaban material como mascarillas para recoger el fuel vertido por el petrolero.

El estudio, que ha sido llevado a cabo por expertos de A Coruña, Madrid y Barcelona, ha analizado a más de 6.000 marineros que limpiaron el chapapote vertido por el petrolero.

El ‘Prestige’, un petrolero monocasco cargado con 77.000 toneladas de fuel, se hundió tras partirse en dos el 19 de noviembre de 2002 a 250 kilómetros de la costa gallega. La ‘marea negra’ que provocó afectó sobre todo a las Rías Baixas de Galicia y a su industria pesquera, pero también se extendió hasta la costa norte de Portugal y la costa cantábrica de Francia.


Fuente: CADENASER.COM