El empleado de la piscifactoría lousamiana de Soutorredondo, Manuel Gómez García, murió ayer mientras trabajaba, al caerse, por circunstancias que todavía no han podido determinarse, en uno de los pozos que hay en la planta para la cría de truchas.
El empleado de la piscifactoría lousamiana de Soutorredondo, Manuel Gómez García, murió ayer mientras trabajaba, al caerse, por circunstancias que todavía no han podido determinarse, en uno de los pozos que hay en la planta para la cría de truchas.
La ausencia de este operario, de 49 años de edad, que había entrado a trabajar a las ocho de la mañana, fue detectada al mediodía por el biólogo de la instalación, quien notificó al encargado la ausencia de Gómez García.
Durante cuatro horas, ambas personas examinaron cada palmo del complejo, hasta que por la tarde divisaron el cuerpo sin vida del trabajador en una de las cubetas centrales, en la que se colocan las crías de trucha que tienen un tamaño mediano.