Artículo publicado en Rojo y Negro nº 391, julio-agosto 2024
Desde que en 2013 el Gobierno segregó ADIF en dos empresas, ADIF y ADIF Alta Velocidad, todos los sindicatos de clase del sector ferroviario hemos defendido un único convenio multiempresarial para las dos empresas públicas.
Esta posición ha sido la misma que han defendido los sindicatos de clase en RENFE, cuando en 2013 el Gobierno decidió segregarla en cinco empresas (viajeros, mercancías, fabricación y mantenimiento, alquiler de material ferroviario y grupo RENFE): un único convenio para las cinco empresas.
Es evidente que segregar los convenios divide a las plantillas, hace más difícil la acción sindical conjunta y debilita la capacidad de presión de las trabajadoras.
En el caso de ADIF y ADIF AV se da el agravante de que ADIF AV es una empresa muy particular, nacida de una maniobra financiera del Gobierno para evitar que la deuda del AVE computara como déficit público: solo cuenta con 300 trabajadores y tiene un porcentaje muy elevado de directivos. Es evidente que la fuerza sindical está en ADIF, con 12.000 personas en la plantilla y es evidente también que, si las compañeras de ADIF AV tienen que negociar un convenio independiente, su capacidad de presión es muy limitada.
A pesar de todo esto, el 7 de mayo de 2024, sin previo aviso, la mayoría del Comité General de Empresa cambió la posición que había defendido en la última década y acordó reclamar a ADIF la negociación de dos convenios independientes, uno para ADIF con 12.000 personas trabajadoras y otro para ADIF AV con una plantilla de 300 personas.
Los cuatro sindicatos que apoyan la segregación (UGT, CGT, SCF y SF) argumentan que, al separarse los convenios en dos, aumenta la representación en ADIF de todos ellos, y que esto les permitiría negociar un mejor convenio en ADIF para luego “copiar” ese mismo convenio en ADIF AV. Sin embargo, una vez segregados los convenios, el convenio de ADIF AV no se puede copiar desde la mesa de negociación del convenio de ADIF, sino que se decidirá en la mesa de negociación de ADIF AV, donde existe un sindicato conservador y corporativo con mucha fuerza.
Si aceptamos que para que unos sindicatos mejoren su porcentaje de representación se pueden segregar los convenios dejando a su suerte al colectivo con menor fuerza sindical, estamos aceptando el “sálvese quien pueda”. Desde siempre, el sindicalismo de clase se ha basado en defendernos juntas y mejorar juntas, sin dejar a nadie atrás, sin permitir que un colectivo mejore a costa de que otro empeore. Por eso siempre nos hemos opuesto a la segregación de empresas y a la segregación de convenios.
Si ahora aceptamos esta segregación para que cuatro sindicatos mejoren sus porcentajes de representación en una mesa, ¿cuál será la siguiente segregación?, ¿un convenio independiente para cada una de las empresas del grupo RENFE?, ¿un convenio independiente para el colectivo de circulación de ADIF?, ¿un convenio independiente para los maquinistas de RENFE? Este enfoque segregador es el de los sindicatos corporativos, y el que siempre hemos combatido desde los sindicatos de clase, para no dejar atrás a ningún colectivo de trabajadoras.
En el caso de CGT, la situación es más grave aún, pues este cambio de estrategia sindical es contrario a la línea sindical defendida durante décadas y es contrario a los acuerdos del propio sindicato. Uno de los acuerdos más importantes del SFF-CGT, “Nuestra alternativa de ferrocarril público y social” de 2012, dice claramente que “es obligatorio garantizar la calidad en el empleo y la cohesión laboral de las plantillas ferroviarias, consolidando unas condiciones de trabajo comunes para la totalidad del ferrocarril que formen parte inseparable de ese modelo social, vertebrador, ecológico y seguro”.
En el caso de CGT, este cambio de estrategia de tanto calado no se ha debatido entre la afiliación ni se ha votado en ningún sitio. Ha sido una decisión del Secretariado Permanente del SFF-CGT a espaldas de la afiliación y al margen de la más mínima democracia interna.
La asamblea de la sección sindical del SFF-CGT de Madrid (adscrita al Sindicato de Oficios Varios de Madrid tras la desfederación del Sindicato de Transportes y Comunicaciones de Madrid) sí que ha debatido esta cuestión y se ha posicionado en contra de la segregación del convenio. La respuesta del SP del SFF-CGT no ha sido aceptar el debate y exponer sus argumentos para que decida la afiliación, sino enviar un escrito donde se amenaza con meter en la cárcel durante 3 años a las responsables del Sindicato de OO.VV. y la sección sindical del SFF-CGT de Madrid con una acusación de “suplantación de identidad” digna de la mejor guerra judicial de la ultraderecha.
La degeneración del SP del SFF-CGT en su línea sindical, abandonando el sindicalismo de clase para pasarse al sindicalismo corporativo del sálvese quien pueda, va de la mano de la degeneración en su actuación orgánica dentro de CGT.
El SP del SFF-CGT mantiene como liberadas y representantes de CGT ante las empresas del sector a personas que ya no forman parte de CGT, por haber sido expulsadas o por no estar afiliadas a ningún sindicato de CGT tras la desfederación del sindicato de Transportes y Comunicaciones de Madrid. Tres de estas personas son responsables de acoso grave a un miembro de la sección de Madrid del SFF-CGT según la resolución de la comisión confederal frente al acoso del 31 de diciembre de 2023.
Por si esto no fuera suficiente, el SP del SFF-CGT persigue de forma sistemática a la afiliación de la sección de Madrid del SFF-CGT que se atreve a defender posiciones distintas expulsando a estas compañeras de la plataforma de estudio, de los grupos internos de CGT de Telegram e incluso de las reuniones presenciales de acción sindical de CGT. El último paso en esta degeneración que parece no tener límite es la denuncia del SP del SFF-CGT contra la CGT en la Audiencia Nacional para que este tribunal lo reconozca como un sindicato independiente de la CGT.
La sección de Madrid del SFF-CGT no ha hecho otra cosa que defender los acuerdos de toda la Organización y defender en el sector ferroviario la línea sindical de clase y solidaria que siempre ha planteado la CGT. Por este motivo, el SP del SFF-CGT ha desatado toda su violencia contra nosotras en forma de acoso, expulsiones y discriminaciones a lo que ahora añade las amenazas de meternos en la cárcel por no callarnos ante la segregación del convenio de ADIF.
Con el apoyo de la Confederación, seguiremos defendiendo los acuerdos confederales de CGT en el sector ferroviario y seguiremos defendiendo un único convenio para ADIF y para ADIF AV porque nos negamos a dejar tiradas a nuestras compañeras de la empresa más pequeña y con menor fuerza sindical.
Sección Sindical del SFF-CGT de Madrid
Fuente: Rojo y Negro