Hoy ha comenzado en la Audiencia de Provincial Madrid el juicio a un sacerdote de 73 años, Rafael S.N., acusado de abusar sexualmente de un menor de edad en reiteradas ocasiones entre 1998 y 2001 aprovechando la relación de amistad que mantenía con la familia del niño, hechos por los que el fiscal pide tres años de prisión. El cura, que fue denunciado por los catequistas de su parroquia hace cuatro años, ha negado las acusaciones, diciendo que «es falso ante Dios y ante los hombres». El joven ha reiterado sus acusaciones y ha dicho que estuvo en tratamiento psicológico hasta hace cinco meses.
Rafael S.N. se ha sentado en el banquillo de los acusados de la sección quinta de la Audiencia madrileña como presunto autor de un delito de continuado de abusos sexuales y, en el caso de que sea condenado, deberá indemnizar a la víctima con 30.000 euros, declarándose la responsabilidad civil subsidiaria de la Iglesia Católica.
En su casa y en la vicaría
Según el informe de conclusiones provisionales del fiscal, se considera probado que entre 1998 y 2001 el acusado se aprovechó de la relación que tenía con la familia del menor para cometer los abusos continuos tanto en la vivienda de éste como en la vicaría de una iglesia de Madrid, la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en donde colaboraba con las labores eclesiásticas. Durante su declaración ante el tribunal, el cura ha negado las acusaciones del fiscal y ha asegurado que ayudaba al menor con sus estudios, a lo que se había ofrecido por la buena relación que tenía con la familia, quienes incluso llegaron a considerarle como un «abuelo» para el niño, según han dicho hoy el acusado.
Además, el religioso ha asegurado que había otras familias de monaguillos de la parroquia con las que también tenía una estrecha relación y a quienes les prestaba igualmente su ayuda y ha destacado que nunca había estado solo con ninguno de los niños. Rafael S.N. ha reconocido sin embargo en alguna ocasión tuvieron que dar las clases en la vicaría porque allí podían tener mejor acceso a los apuntes a través del ordenador. Además, el sacerdote ha señalado que «nunca» realizó ningún gesto o dijo ninguna palabra que pudiera ser malinterpretada por el niño.
El menor, que tenía entre 12 y 13 años cuando supuestamente sucedieron los hechos y que en la actualidad tiene 20, se ha reiterado en sus acusaciones : que el cura se sobrepasó con él durante tres años. Al principio creyó que la situación era normal, hasta que recibió las primeras clases de educación sexual en el instituto. Ha relatado que todo empezó cuando el cura le propuso que le realizara tocamientos para «medir el crecimiento del cuerpo» en una de las ocasiones en las que acudió a su casa para ayudarlo con sus deberes del colegio.
pensaba que era «normal»
El joven ha revelado que el sacerdote le aseguró que ya lo había hecho con otros compañeros de la parroquia que conocía lo que le hizo pensar que era algo «normal». La víctima también ha dejado claro que hasta que se produjeron los abusos apreciaba a Rafael S.N. «como un abuelo» ya que le ayudaba con los deberes al tener problemas con los estudios como consecuencia de su dislexia. Asimismo, ha asegurado que los abusos (tocamientos) se producían «dos o tres veces al mes» en su casa o en la vicaría y que incluso en una ocasión trató de penetrarle en la vicaría.
Los padres empezaron a notar algo raro en su hijo por lo que le interrogaron hasta que les contó poco a poco lo que presuntamente había sucedido. Los padres del menor, que también han declarado en la sesión de hoy, han indicado que nunca se habían imaginado lo que sucedía con su hijo hasta que presenciaron la reacción «violenta» del cura cuando le dijeron que ya no podía ayudar con sus deberes al menor por recomendaciones del colegio. El juicio continuará mañana en la Audiencia Provincial con los testimonios de dos catequistas, que fueron los que destaparon el caso, y de otros tres testigos.
Fuente: AGENCIAS