Artículo publicado en Rojo y Negro nº 377, abril 2023

El día 26 de diciembre del 2021, la plantilla de Avanza comenzó a vivir en un cuento del que nunca imaginaron que serían protagonistas. Después de unos largos meses de concursos y licitaciones, finalmente, la totalidad de la plantilla de la multinacional Avanza ha llegado al final del primer capítulo que protagonizaba la empresa y ha empezado el segundo en el que la protagonista es la plantilla.

Avanza es un operador del sector del transporte de viajeros por carretera que va dejando «cadáveres” allá por donde pasa gracias a los concursos públicos a la baja, por tanto, con el beneplácito de las administraciones públicas. La marca Avanza alardea de ser una multinacional y presumen en sus redes sociales de lo maravillosos que son… Pero nada más lejos de la realidad y si no que se lo digan a las compañeras y compañeros de Zaragoza, Ourense, Vigo… meses y años en lucha, por un SALARIO DIGNO Y UN SERVICIO DE CALIDAD. Las licitaciones a la baja suponen que sea la plantilla la que sufra, en el día a día, las consecuencias directamente en las condiciones de su puesto de trabajo.

Avanza Baix fue adjudicada durante 10 años en el concurso con un presupuesto de 1.000 millones de euros y la plantilla lleva más de un año entre denuncias (vehículos de más de 15 años, cocheras sin vestuarios, comedores, etc., publicadas por Rojo y Negro en el número 370 de septiembre de 2022).

Parecía que habíamos reconducido la situación y comenzado las negociaciones, pero después de varias reuniones no conseguimos nada más que la afirmación de que no tienen nada en los bolsillos, que acaban de aterrizar y que todos sus cálculos en el concurso de licitación se les han derrumbado como un castillo de naipes debido a la Guerra de Ucrania, a la subida del combustible y la luz, etc. La plantilla no da crédito… la empresa ya aplicaba recortes antes de todas esas circunstancias. Además, señoras y señores de Avanza Baix Llobregat, ¿creen que la plantilla no tiene esos perjuicios?, ¿de verdad creen que no nos sube el combustible, ni la luz? Eso sí, los 1.000 millones de la licitación se la quedan ellos, la banca siempre gana.

Como si fuéramos peregrinos, la empresa nos van soltando miguitas de pan para que no nos perdamos por el camino y nos ofrecen para el 2022 un 1% de subida salarial y para 2023 otro raquítico 1%, ninguna reducción de jornada anual (actualmente realizamos 1.811 horas anuales con un único día de descanso semanal en muchas semanas)…

Nuestras reivindicaciones, que son un derecho bien merecido, están a años luz de su propuesta inicial:

– 2 días de descanso semanal

– Plus noche

– Subida del IPC al alza

– Horas médicas especialista

– Otras mejoras sociales

Las reuniones han ido transcurriendo y, después entre tanto lloro y llanto, nos exponen que no pueden dar más que el 1,5% para el 2022 y el 2023 y que los días de descanso y el plus de la noche les supone un gasto inasumible… ¡Y seguimos para bingo! Comienza la única fuerza que tiene la plantilla: las movilizaciones y la huelga.

Siguen las negociaciones. Las elecciones se aproximan y la clase política de turno se pone nerviosa, las administraciones llaman a nuestra puerta… Nuestra respuesta es siempre la misma: exigimos un Convenio digno y no opresor donde se garanticen los derechos y que el pastel de esos 1.000 millones de euros se repercutan en los que tiramos del carro, ¡las TRABAJADORAS!

Nos hacen una nueva oferta: un 2% para 2022 y 2023, un plus de nocturnidad que no es más que otra migaja y una reducción de 11 horas anuales a la que están obligados por ley. Las demás demandas anteriormente mencionadas son nuevamente ignoradas.

En esas estábamos cuando llegó el ultimátum de la empresa: el 3% para 2022 y 2023 y la reducción de 11 horas anuales (que recordemos, es obligatoria por ley) y un gesto simbólico —como dicen ellos— para la noche: 2,5 euros por día trabajado. Todo un despropósito e insulto.

Esta breve cronología, muy resumida, de las negociaciones con la empresa, deja ver el porqué de que la plantilla ha dicho BASTA y de porqué vamos a seguir en LUCHA por NUESTROS DERECHOS ante los políticos, las administraciones públicas y, por supuesto, ante la empresa, verdadera responsable de la situación. Estaremos delante de ayuntamientos, administraciones y por las calles, allí donde el usuario sufre directamente en las condiciones en las que trabajamos.

FUERZA Y SALUD

Sección Sindical CGT Avanza Baix


Fuente: Rojo y Negro