Un camionero muere al caer su vehículo al mar en las obras del puerto exterior
LAS LABORES DE RESCATE FUERON INTERRUMPIDAS DEBIDO AL FUERTE OLEAJE
El accidente ocurrió sobre las 16.50 horas cuando el trabajador, de 60 años, intentaba asegurar una pista de tierra que cedió bajo las ruedas del camión.
Un camionero muere al caer su vehículo al mar en las obras del puerto exterior

LAS LABORES DE RESCATE FUERON INTERRUMPIDAS DEBIDO AL FUERTE OLEAJE

El accidente ocurrió sobre las 16.50 horas cuando el trabajador, de 60 años, intentaba asegurar una pista de tierra que cedió bajo las ruedas del camión.

Un camionero que trabajaba para la empresa Equicons en las obras del puerto exterior en punta Langosteira (Arteixo) murió ayer al caer su vehículo desde una pista de tierra que intentaba asegurar y contra la que batía un fuerte oleaje. El fallecido, cuyo cadáver aún no ha sido recuperado, es Víctor Manuel Martínez Alvarellos, coruñés de 60 años.

El accidente se produjo en torno a las cinco menos diez de la tarde en una zona donde se realizaba un relleno para ganar terreno al mar. Según algunos testigos, la barrera de tierra sobre la que circulan los vehículos era hace unos días el doble de ancha que ayer, pero desde el viernes no se reforzaba el paso con nuevo material, según confirmó Protección Civil. Esa labor era la que había comenzado a realizar el fallecido cuando la tierra cedió bajo las ruedas de su camión.

Un testigo presencial que por casualidad observaba los trabajos en la zona relató ayer que el vehículo de la víctima estaba descargando la tierra marcha atrás con evidente peligro, por la estrechez del paso, cuando parte del talud se deshizo y el vehículo cayó contra las rocas hasta llegar al agua. «En tres, cuatro, cinco segundos como mucho, el mar se tragó el camión y al hombre dentro», relató el testigo, quien aún conmocionado calificaba de «vergonzoso» que la empresa encargada de los trabajos hubiese permitido realizar el relleno en la zona en esas condiciones.

Ni siquiera tenía que haber sido en principio Víctor Manuel Martínez Alvarellos, quien acumulada décadas de experiencia en obras portuarias, el encargado de rellenar en aquella zona. Estaba previsto que fuesen otros camiones los que llevaran tierra a ese punto de la costa, pero como éstos realizaban entonces otras tareas la empresa encargó al fallecido que fuese adelantando la labor que le costó la vida.

Quien también observaba el trabajo del camionero era un vigilante de la obra, quien alertó a Protección Civil del suceso. El empleado aseguró que el camión desapareció entre la espuma revuelta en cuestión de segundos, pero que llegó a ver una mano del conductor antes de que se lo tragase el mar.

Pasadas las cinco de la tarde comenzaron a llegar los servicios de emergencia para intentar rescatar a la víctima. En los trabajos participaron el helicóptero Helimer Galicia, la embarcación Salvamar Dhube y una lancha neumática de Protección Civil de Arteixo. En tierra, a varios metros del lugar del siniestro y tras una barrera de seguridad, observaban las aguas, turbias por la gran cantidad de tierra, miembros de la Guardia Civil, Protección Civil y el servicio de Bomberos, ambos de Arteixo, así como una ambulancia del servicio de emergencias 061.

Pasadas las seis de la tarde, el Helimer Galicia desapareció del cielo de punta Langosteira y poco después se fue también la ambulancia ante la evidencia de que, de haber rescate, sería ya el de un cadáver. Abandonaron después el lugar los dos vehículos de los bomberos y minutos antes de las siete aparecieron varios vehículos de Grupo Especial del Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.

«Ahí abajo hacen lo mismo que nosotros aquí arriba : mirar», comentaba uno de los vecinos de Suevos que se acercó al lugar y que observaba el punto del siniestro desde una zona elevada sobre el mar, ya que los accesos a punta Langosteira fueron restringidos. Y los buzos del instituto armado no pudieron hacer tampoco más que eso : mirar al mar y constatar que resultaría temerario sumergirse con el fuerte oleaje de ayer.

El rescate bajo el agua era aún más difícil debido a lo turbia que estaba el agua a causa de la gran cantidad de tierra caída y también por las algas, que dificultaban aún más la visibilidad. A la media hora los miembros del GEAS se fueron también a la espera de poder intentar hoy recuperar el cuerpo si las condiciones del mar son mejores. A primera hora volverán también el helicóptero y las embarcaciones de rescate para seguir buscando el cadáver.

Además de los servicios de emergencia y los vecinos de la zona, a quienes la presencia el Helimer Galicia en el cielo alertó como si se tratase de un ave de mal agüero, a los terrenos donde está previsto que se construya el puerto exterior se acercó también el alcalde de Arteixo, Manuel Pose, quien llegó poco antes de las seis de la tarde y bajó con su coche al lugar donde la Guardia Civil y los vehículos de emergencia esperaban alguna señal en el mar. Ninguna otra autoridad más acudió en toda la tarde al lugar del siniestro y ni siquiera la Autoridad Portuaria, quien promueve la construcción de la gran dársena de punta Langosteira, ofreció información ni explicaciones acerca del accidente laboral. Fuentes del Puerto se limitaron a indicar que se trataba de un accidente de la obra y que el organismo portuario carecía de responsabilidad.

Tampoco la empresa para la que trabajaba Víctor Manuel Martínez Alvarellos quiso dar información sobre la situación del fallecido, acerca de las circunstancias del accidente o sobre las posibles causas del suceso. Todos los trabajadores que se encargaron de limitar el acceso de vehículos a la zona de obra más próxima al mar se negaron incluso a decir que la víctima estaba trabajando para la empresa Equicons S.L.

La simple observación de las obras de relleno y el sentido común de las decenas de personas que se acercaron al recinto donde se realizan trabajos de relleno para construir el puerto exterior indicaban que el accidente era previsible por la estrechez del paso de tierra sobre el que circulaba el camión -que cargado pesaba 16 toneladas- y por el desgaste continuo en la barrera que desde hace días estaban produciendo las olas.

En la pista por la que cayó el camión de la víctima quedaban a última hora de ayer un montón de tierra -la última que Víctor Manuel Martínez Alvarellos descargó antes de volcar-, dos marcas como dentelladas que dejaron las ruedas en el borde del talud que se vino abajo y, a apenas un metro, un salvavidas que nadie llegó a lanzar al mar.


Fuente: La Opinión. L. Costas / M. Ballesteros.A Coruña