El juzgado de lo Penal número 3 de Barcelona ha condenado a un año y tres meses de prisión al imán de Fuengirola, Mohamed Kamal Mustafá, por un delito de provocación a la violencia por razón de sexo que cometió al escribir un libro en el que aconsejaba cómo pegar a las mujeres sin dejar rastro.

El juzgado de lo Penal número 3 de Barcelona ha condenado a un año y tres meses de prisión al imán de Fuengirola, Mohamed Kamal Mustafá, por un delito de provocación a la violencia por razón de sexo que cometió al escribir un libro en el que aconsejaba cómo pegar a las mujeres sin dejar rastro.

Fuentes judiciales han apuntado que ésta es la primera vez en España que se aplica este delito en un caso de discriminación sexual, aunque la sentencia, hecha pública hoy, no implica el ingreso en prisión del líder religioso musulmán, considerado uno de los grandes sabios del Islám en España.

El acusado, que es imán en España desde 1984, publicó en 2000 su libro «La mujer en el islám» que fue impreso en la casa del libro árabe de Barcelona y cuyos ejemplares serán decomisados por orden del juez.

Según la sentencia, uno de sus capítulos del libro habla de cómo debe tratar el hombre a la mujer «rebelde» y pone como ejemplo que, a la hora de recurrir al castigo físico, «nunca se debe pegar en una situación de furia exacerbada, siquiera para evitar males mayores» y que «no se deben golpear las partes sensibles del cuerpo».

En esta línea, recomienda golpear pies y manos «utilizando una vara no demasiado gruesa para no dejar cicatrices» y apunta que «los golpes no deben ser fuertes y duros porque la finalidad es hacer sufrir psicológicamente y no humillar ni maltratar físicamente».

El juez afirma que en el libro del imán, que en el juicio se proclamó un firme defensor de los derechos de la mujer, no todo es transcripción de textos sagrados de la religión musulmana, sino que entre las citas literales y la glosa de la tradición se entremezclan las opiniones de una persona que por su formación goza de fama de experto en teología islámica.

«Machismo obsoleto»
Según la sentencia, toda la obra «está precedida por un tono de machismo obsoleto en algunos casos muy acentuado», que «vulnera abiertamente el principio de igualdad consagrado por la Constitución, promoviendo conductas de discriminación por razón de sexo intolerables y penalmente reprochables».

El juez sostiene que decir frases como que en el hogar tiene que haber una autoridad suprema que debe ser el hombre o considerar que la mujer se ha convertido en un rival peligroso en pos de la victoria son «opiniones personales de Mohamed Kamal en su tarea de divulgación y constituyen mensajes contrarios a la igualdad de derechos y deberes entre los cónyuges».

También señala la sentencia que las opiniones del acusado son «incompatibles con la sensibilidad social imperante, aún cuando deba recordarse que la situación de la mujer en nuestro país era muy semejante en tiempos no demasiado lejanos y que en la actualidad el tratamiento de la mujer en variados aspectos sigue siendo diferenciador respecto al hombre».

En opinión del magistrado, «lo que en teoría es un compendio de cuáles son los pasos que han de seguirse para la conciliación por uno u otro cónyuge se transforma en un manual sobre cómo ha de tratar el marido a su mujer cuando se equivoca», en alusión al libro del acusado.

El acusado aseguró en el juicio que con su libro sólo trataba de aconsejar al hombre para que no castigase a la mujer «en momentos de cólera», ya que si está tranquilo no recurrirá a la violencia.

Según el juez, esto «supone negar la evidencia a la que la sociedad en la que viven los destinatarios del libro, que no es la del desierto de Arabia hace 14 siglos, se enfrenta diariamente ante actos de brutalidad contra las mujeres y que provoca un inaceptable reguero de víctimas».

El magistrado también subraya que el libro nunca recoge que golpear a las mujeres es constitutivo de delito y agrega que «si otros autores de cualquier ideología, convicción religiosa u origen cultural publican trabajos con idénticos mensajes habrá que pedir a los poderes públicos que extremen su celo en su persecución».