Un vecino de Orrius (Barcelona), de 46 años, murió ayer en el Hospital de Mataró a consecuencia de un golpe de calor sufrido el miércoles, pasado tras una jornada laboral a pleno sol. La víctima, Francisco Garay, trabajaba como albañil en las obras de reurbanización de la avenida Alella, en el núcleo Mar i Muntanya de Alella.
Según fuentes sanitarias, el miércoles por la tarde, después de muchas horas de estar expuesto al sol, Francisco Garay empezó a sentir decaimiento, mareos y malestar. Sus compañeros de trabajo le acompañaron a los servicios médicos laborales, que le derivaron, en ambulancia, al Hospital de Mataró. Ahí llegó sobre las 20.30 horas, con convulsiones, a 42 grados de temperatura y con elevada sequedad en la piel, fruto de la excesiva deshidratación.
La Conselleria de Salud informó que presentaba «diversos trastornos graves que obligaron el ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), intubación, ventilación mecánica y tratamiento enérgico de las complicaciones asociadas al síndrome de hipertermia». El hombre no pudo recuperarse y ayer, sobre las siete de la mañana, murió.
El equipo médico certificó como causa «un fracaso multiorgánico» por efecto de una «hipertermia maligna», conocida popularmente como golpe de calor.
La directora de Programas de Vigilancia de la salud catalana, Angela Domínguez, dijo que se trata del primer caso de golpe de calor diagnosticado este verano, aunque ha puntualizó que «este caso no tiene relación con ninguna ola de calor porque no la hay, y se trata de un accidente laboral de una persona que ha estado expuesta muchas horas al sol haciendo un esfuerzo intenso».