Artículo de opinión de Antonio Pérez Collado

La jornada de lucha obrara por antonomasia, el 1º de Mayo, ha pasado a lo largo de sus 138 años de historia por multitud de vicisitudes: prohibiciones, represión, detenciones y encarcelamientos, intentos de apropiación política o religiosa, etc.

La jornada de lucha obrara por antonomasia, el 1º de Mayo, ha pasado a lo largo de sus 138 años de historia por multitud de vicisitudes: prohibiciones, represión, detenciones y encarcelamientos, intentos de apropiación política o religiosa, etc. Sin embargo, es la primera vez que dicha conmemoración de las huelgas de Chicago en 1886 -que posteriormente darían como fruto la jornada laboral de las 8 horas- en que la clase trabajadora de todo el mundo llega a su cita anual con las reivindicaciones pendientes inmersa en una situación inédita por la crisis del coronavirus, que en muchos estados supone no poder salir a las calles con sus tradicionales cortejos.

Nuestro país es uno de esos lugares donde no habrá manifestaciones del 1º de Mayo de 2020. Pero esa limitación temporal al derecho de manifestación no va a suponer que las organizaciones sindicales de clase olvidemos los problemas que venimos denunciando ni las justas demandas que exigimos reiteradamente a la patronal y al gobierno.

La CGT, continuadora de la rica tradición anarcosindicalista en la que también militaron los mártires de Chicago, ha optado por otras alternativas para difundir una voz que este año no gritará sus consignas en las calles de las ciudades españolas. Desde hace días ya hay pancartas reivindicativas en las fachadas de muchas de nuestras sedes, en las redes sociales se están difundiendo los comunicados de nuestros sindicatos de cada territorio (en la mayoría de los casos firmados por el resto del sindicalismo alternativo; ese que no firma los recortes ni los despidos) y para el día grande de la clase trabajadora también se han previsto convocatorias en las redes sociales y un concierto que se difundirá por YouTube, en el que participan músicos de varios grupos de rock y punk.

Que este 1º de Mayo no podamos estar en las calles y plazas con las banderas rojinegras y nuestras pancartas pidiendo unas mejores condiciones de vida para los trabajadores y sus familias, no significa, ni mucho menos, que la CGT no vaya a continuar proponiendo las medidas laborales y sociales que hemos venido defendiendo en las últimas décadas para mejorar la vida de las familias trabajadoras.

La situación que estamos atravesando y lo que viene después -que no va a ser mucho mejor- nos indica que era acertado y justo -y con la crisis que viene lo será aún más- demandar salidas al paro y la precariedad tan lógicas como una renta básica igualitaria, la reducción de la jornada laboral y el adelanto de la edad de jubilación, el derecho a una vivienda digna, unos servicios sociales (educación, sanidad, residencias de mayores, acogida a refugiados, etc.) públicos, suficientes y de calidad.

Deseamos sinceramente que el 1º de Mayo represente un momento de reflexión, de toma de conciencia y de compromiso para cambiar realmente las cosas, para luchar por lo que de verdad importa: una vida plena de libertades y derechos, una sociedad justa, igualitaria y solidaria, que respete las condiciones medioambientales y sepa gestionar los valiosos y limitados recursos naturales.

Antonio Pérez Collado


Fuente: Antonio Pérez Collado