Concentración permanente frente al despacho del primer ministro, exigiendo la dimisión del gobierno.

Huelga general en Sfax, segunda ciudad del país

Concentración permanente frente al despacho del primer ministro, exigiendo la dimisión del gobierno.

Huelga general en Sfax, segunda ciudad del país

El pueblo tunecino sigue reclamando la disolución del partido de Ben Ali, a través de incesantes manifestaciones en la capital, y la constitución de un Gobierno de transición sin los hombres del Presidente derribado para conseguir el paso a una democracia verdadera, objetico de todo un pueblo en rebelión.

La Unión regional de la Unión general de los trabajadores tunecinos (UGTT) de Sfax, segunda ciudad del país, llamó ayer a una “huelga general” hoy para la disolución del Gobierno de transición, dominado por caciques del antiguo régimen de Ben Ali. Esta huelga da continuidad a la huelga que comenzó el lunes de la Federación de enseñanza de la UGTT con los mismos objetivos.

Cada vez es más evidente el importante papel que está jugando el sindicalismo revolucionario en Túnez, en una situación en que las distintas federaciones y uniones regionales y locales tienen libertad para decidir su implicación o no en el movimiento popular

En un comunicado, la UR de la UGTT de Sfax declara “La unión regional llama a una huelga general en la provincia de Sfax el miércoles 26 de enero para apoyar las reivindicaciones del pueblo, que pide la dimisión del Gobierno y la disolución de la Reunión constitucional democrática” (RCD, ex-partido en el poder..

Concentración permanente en la capital

La policía antidisturbios tunecina ha utilizado hoy miércoles granadas de gas lacrimógeno sobre manifestantes que intentaban forzar una barrera que bloqueaba un acceso a la explanada donde se sitúan las oficinas del Primer Ministro.

Estos incidentes se produjeron mientras que el Gobierno de transición debe anunciar hoy una reorganización para intentar apagar la cólera de millares de manifestantes que protestan cada día en Túnez contra la presencia en el mismo de numerosos caciques del antiguo régimen de Ben Ali.

Los policías han tirado granadas lacrimógenas contra un grupo de manifestantes que habían arrancado con las manos desnudas una primera barrera de alambrada. La policía intervino con abundante lanzamiento de gases lacrimógenos mientras los manifestantes respondían con lanzamiento de piedras, sin que se produjera una confrontación directa. El ejército, que estaba presente, no ha intervenido.

Las fuerzas del orden habían instalado por la mañana barreras de alambradas para bloquear el acceso a la explanada de la Kasbah donde, por tercera noche consecutiva, cientos de personas, sobre todo jóvenes venidos de las regiones contestatarias y desheredadas del centro del país, durmieron bajo las ventanas de las oficinas del Primer Ministro Mohammed Ghannouchi, desafiando el toque de queda.

«¡Abajo el Gobierno ! » , gritaban desde las 9 h estos manifestantes, que han prometido quedarse en el sitio hasta la caída del Gobierno.

«Tenemos una única demanda : que el Gobierno caiga, deben irse todos, Ghannouchi el primero», declaraba Bassem EL Barouni, un joven Tunecino que duerme in situ.

» Es necesario limpiar los restos del antiguo Gobierno. Este Gobierno es el del 7 de noviembre «, fecha del golpe de Estado que había llevado al poder al Presidente derribado Zine EL Abidine Ben Ali en 1987, afirma Hamid El Ghribi.

El cierre de los principales accesos a la Kasbah por las fuerzas de seguridad, que han obstaculizado el suministro de mantas y comida de los manifestantes, suscita la cólera. «Queréis matarnos de hambre, nos queréis cercar» , gritaba a las fuerzas del orden Hamid El Gribi, un Tunecino venido de Sfax, ciudad a 270 km al sur de Túnez.


A propuesta del militante tunecino exiliado, Sadri Khiari. Se está difundiendo un comunicado de apoyo a la revolución tunecina en varias lenguas (francés, inglés, árabe, castellano, portugués) y recogiendo firmas de apoyo.

Adjuntamos dicha declaración para su firma si estás de acuerdo con el contenido para enviar a : solidaritytunisia@gmail.com

Declaración internacional de apoyo a la Revolución tunecina

La Revolución tunecina es bella. De forma espontánea, sin directivas, sin organización, el pueblo tunecino se ha sublevado para derrocar a Ben Ali, un dictador que disponía de una máquina policial poderosa y con tentáculos, un dictador apoyado por todas las grandes potencias con el falso pretexto de que constituía un « muro contra el islamismo ». Casi unánime, con « Fuera Ben Ali » como eslogan principal, el pueblo tunecino ha triunfado frente al déspota depredador que le gobernaba. En unas semanas de intensas movilizaciones impulsadas por el trágico sacrificio de un vendedor ambulante de una de las regiones más desfavorecidas del país, la historia de Túnez, y quizás la de todo el mundo árabe, se ha tambaleado.

Más allá de este primer éxito, sigue la movilización puesto que todo el mundo sabe que las principales instituciones instauradas por el presidente caído siguen funcionando. Contra las fuerzas de la normalización, las fuerzas del cambio exigen en primer lugar la disolución del Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD) que más que un partido político es un órgano de represión, vigilancia y clientelización. Todo el mundo sabe que sin una verdadera ruptura con las instituciones instauradas por el dictador, las capas populares que llevaron el movimiento revolucionario, y en particular la juventud, corren el riesgo de ser desposeídas de su victoria en el nombre de una transición sin choques que no otorgaría más que algunas mínimas concesiones de las reivindicaciones del pueblo, parecidas a las que Ben Ali ofrecía « generosamente » un puñado de horas antes de ser cazado por las poderosas manifestaciones populares. Todo el mundo sabe que los tunecinos no esperan ni una democracia de fachada ni en absoluto quieren una política económica dictada por la Unión Europea y las instituciones financieras internacionales, cuyo credo neo-liberal siempre conduce a más paro y miseria. No quieren, de ninguna manera, una política extranjera sometida a los intereses de las potencias imperiales y con prisas por terminar con la Resistencia palestina. Todo el mundo en Túnez sabe que la onda expansiva de esta Revolución en el conjunto del mundo árabe es una conquista formidable la cual suscita mucha esperanza y, en consecuencia, decepcionarla sería desastroso.

La experiencia histórica ha demostrado que, frente a dinámicas de esta amplitud, los poderosos del mundo entero, los que perpetúan la opresión y la explotación, no pararán hasta reducir su alcance, hasta cortarla de raíz y, si la amenaza persiste, destruirla con la violencia. En Túnez, como ha podido ocurrir en otros lugares, no dudamos de que algunos, empezando sobre todo desde el seno de los servicios de los Estados imperialistas, estén preparando la contra-revolución para reprimir la movilización popular de una vez por todas.

Esto es por lo que, nosotros, militantes, intelectuales, ciudadanos, comprometidos todos con la democracia y la justicia social, saludamos al pueblo tunecino y a su Revolución de la dignidad. Nosotros le brindamos nuestra solidaridad incondicional en sus esfuerzos por la profundización del proceso democrático así como nos comprometemos a estar de su lado para preservar sus conquistas y oponerse a toda tentativa contra-revolucionaria.

En cgtnortedeafrica.org

Leer también El pueblo tunecino continúa su revolución


Fuente: RR.II. CGT