Artículo de opinión de Rafael Cid
“Pensar el sentimiento, sentir el pensamiento”
(Miguel de Unamuno)
“Pensar el sentimiento, sentir el pensamiento”
(Miguel de Unamuno)
El experimento político que ha puesto En Marcha Macron tras ganar las presidenciales francesas es como tomar impulso para saltar hacia atrás. Lo llaman “gobierno de concentración” para disimular. Pero es un tropo inútil, porque ya queda nada para “concentrar”. Los partidos que podían concurrir a ese agrupamiento quedaron pulverizados en la primera vuelta de las elecciones. Ni el Socialista ni los Republicanos existen hoy en tanto estructuras autónomas con potencial. Lo que ahora va a gobernar en el país vecino, escoltado con toda una aureola de modernidad e innovación política, no es sino una modalidad creativa de “democracia orgánica” hecha de retales. Como aquella que dominó durante el franquismo integrando a falangistas y tecnócratas, pero intentando legitimarse mediante los despojos de las organizaciones políticas derrocadas en vez de con las antiguas plataformas intermedias de representación (familia, municipio y sindicato).
Macron ha patentado un sincretismo de gestión que reunifica bajo su dirección a distintas sensibilidades ideológicas, tomando de aquí y de allá para su particular “patchwork” gubernamental. Estamos ante un ocaso de las ideologías porque sus nodos de actuación, los partidos clásicos a diestra y siniestra, están en derribo debido al varapalo recibido de los votantes por haber claudicado ante las políticas de austeridad. De ahí la iniciativa macroniana para hacer de la necesidad virtud y volver a las andadas en la “aldea gala”. Basta con ver la composición del cártel diseñado por el banquero y socio de la Banca Rothschild, porque el criminal siempre vuelve al lugar del delito. Da Interior a un socialista, para que “la izquierda” se abisme aún más en esas posiciones de guardia de la porra que con tanto ahínco ejerció el socialista Manuel Vals. Y las carteras económicas a los conservadores, no hace falta añadir con qué propósito. El perejil ecologista, también presente en su gabinete de “independientes”, ya estuvo en el plantel del derechista Sarkozy (Bernard Koucher, fundador de la Médicos Sin Fronteras, fue nombrado ministro de las Relaciones Exteriores) y del socialdemócrata Schröder (integró en su gobierno a Los Verdes, formación de extinta tradición extraparlamentaria).
Después de la crisis, el modelo de alternativa real que Francia pone En Marcha como recambio al duopolio secular imita en el mensaje a la “democracia orgánica” antipartitocrática. Ya solo falta que junto con esa antigualla se recupere también el modelo de sindicalismo vertical para completar la foto de familia. Aunque parece innecesario porque ese es en sustancia el modelo político instaurado por Macron gracias al veredicto de unas urnas arrebatas al grito de “no pasarán” como ardid de un nuevo sufragio censitario. Porque en realidad se trata de un proyecto social de ósmosis entre capital y trabajo, solo que con el argumento de la transversalidad y el reclamo imaginario a la sociedad civil. De hecho Macron ha sido el primer político en copiar para el neoliberalismo rampante el ADN de los movimientos populistas que desde la izquierda (Podemos y Cinco estrellas, sobre todo) tratan de desplazar del poder a los cómplices de la Troika.
Eso es de lo que se habla con todos los parabienes en los medios de comunicación y airean los tertulianos en plantilla. Lo que ya no comenta nada es de Portugal ni de Grecia. Del primero porque la experiencia del Bloque de Izquierdas está capeando el temporal y dando al traste con los malos augurios que los voceros del sistema auspiciaban. Es un mal ejemplo que mejor ocultar para no dar ideas. Y del segundo porque, ahora que el gobierno radical de izquierdas de Syriza ha entrado en vereda, tampoco conviene publicitar que Tsipras está pilotando una degollina social nunca avista ni imaginada. No vaya a ser que la izquierda internacionalista despierte de su sopor victimista y la emprenda contra quien es hoy uno de los más devotos sostenedores del saqueo perpetrado por el minotauro global. Ojos que no ven…
Rafael Cid
Fuente: Rafael Cid