Del circuito de casas okupadas en Amsterdam
a sus actuaciones en Addis Abeba, de los inicios
en el punk más aguerrido a la pasión por las
músicas del mundo, The Ex resumen para DIAGONAL casi 30 años de impecable trayectoria.
Se han ganado a pulso
el aprecio de las radios
libres de medio
mundo, pero también
cuentan con el beneplácito de
las revistas de referencia de la
modernidad ; han pateado las
okupas y centros sociales del
viejo continente, pero también
han recibido el aplauso del
distinguido público de la vanguardista
sala neoyorquina
Knitting Factory y han bailado
junto a una entregada audiencia
etíope ; son capaces de
homenajear al anarquismo español
mientras nombres ilustres
del punk estadounidense
como Steve Albini, productor
de sus últimos discos, o los
miembros de Fugazi les profesan
admiración eterna. Por
todo ello y más, The Ex son un caso único en el panorama
musical contemporáneo. Llevan
siéndolo, de hecho, la friolera
de más de un cuarto de siglo.
Que se dice pronto.
Sin aparente motivo, no
hay disco nuevo que presentar
ni ninguna otra coartada
de orden promocional, la reciente
gira peninsular del
ahora cuarteto holandés nos
ha brindado la oportunidad
de presenciar su poderoso directo
y el regalo de poder departir
con ellos. DIAGONAL
charló con Katrin, batería, y G.W. Sok, cantante.
Así somos y así nos va
“Al principio éramos simplemente
una banda punk. Era
cuando todo aquello empezaba,
había mucha energía y la
música era muy básica. No teníamos
demasiadas ideas
aparte de sentirnos bien tocando.
Era muy simple : la gente
disfrutaba, era muy salvaje.
Pero después empiezas
a pensar que necesitas
tener algo que
contar o de otro modo
la historia no durará
mucho. Te das cuenta
de que tocar en un grupo
también significa tomar
decisiones : qué quieres
decir en las canciones,
cómo vas a organizar el
tiempo y el dinero para no
depender de nadie, cómo
encontrar la forma en que
toda la gente en el grupo
sea igual de importante…
Y gradualmente todo fue
creciendo con los años, de
un modo intuitivo, sin un plan
preconcebido”. (G.W.)
“Para nosotros, tocar música
tiene mucho que ver con
la libertad. Cuando empezamos
no había muchos espacios
para hacer música con libertad :
tenías que contar con
una compañía discográfica,
hacer estupideces… Pero teníamos
muy clara esa idea de
hacerlo nosotros mismos y
descubrimos que se podía hacer.
Así que aún intentamos
mantener ese espíritu : ser libres
para hacer la música que
nos gusta pero también para
manejarla y hacerla llegar a
la gente a nuestra manera.
Es algo muy importante para
nosotros”. (Katrin)
Rutina punkversus aldea global
“Decir que somos una banda
punk es una descripción muy
limitada de lo que hacemos.
El espíritu es punk pero la
música no tiene nada que ver
con lo que hoy en día es llamado
así. Cuando se refieren
a The Ex como grupo punk o
anarcopunk limitan mucho lo
que hacemos y hacen que mucha
gente a la que le podría
gustar nuestra música no se acerque a vernos
por esas etiquetas y el cliché
que conllevan”. (G.W.)
“Al principio el punk significaba
que todo era posible,
pero en un par de años
devino en una serie de reglas
de lo que tenías que hacer o
no para ser punk. Así que decidimos
saltarnos la etiqueta y hacer lo que nos apeteciera.
Por supuesto, nuestra
música tiene conexiones con
lo que hacíamos entonces, es
difícil deshacerse de ese estigma”.(
G.W.)
“Preferimos hablar de
‘world music’ porque intentamos
coger elementos de
distintos aspectos de culturas
diversas. Algunas veces
suena más punk, otras más
rock, pero también puede
ser más africana o folk del
Este de Europa”. (G.W.)
“Lo más importante para
nosotros al escribir canciones
es improvisar, intentamos
desarrollar ideas improvisando
para así mejorarlas y luego
arreglarlas de forma que nos
guste a todos. Es una coproducción
de todos nosotros, no
tenemos un líder, es más una
discusión democrática. Pero
tenemos suerte de que nos
gustan cosas parecidas : lo hace
más fácil”. (K).
“Nunca pensamos en qué le gustaría escuchar a la gente sino
en qué nos gustaría escuchar
a nosotros como oyentes,
en qué nos parece interesante
y excitante. Nos gusta sentir
que hacemos algo nuevo, que
tocamos cosas que no habíamos
explorado antes”. (K)
“No tratamos a propósito
de hacer ‘canciones africanas’,
son cosas que nos encontramos
y nos gustan, no es
una búsqueda consciente sino
más bien coincidencias
que funcionan : conoces a un
músico etíope que te habla de
músicas que nunca has escuchado
antes y lo haces y te
sientes inspirado por ello.
Pero no es una táctica de mercado
ni nada así”. (G.W.)
“Nos acercamos a otras
músicas que sentimos muy
cercanas, que son de hecho
parte de nosotros. Cuando
empecé a tocar la batería nunca
di clases y desarrollé mi
propio estilo. Mucho tiempo
después escuché música africana
y pensé que era exactamente
lo que yo había estado
haciendo, sin saberlo. Así que
esa música era parte de mí de
una forma natural”. (K)
Esa máquina quemataba fascistas…
“Cuando empezó el rock’n’roll
o todo el movimiento musical
en los ’60 cambió completamente
muchas cosas, la
gente descubrió que podía tomar
las riendas. El punk fue
otro gran momento de hacer
las cosas por ti mismo. Por supuesto
que la música puede
provocar cambios”. (K)
“No es que te tengas que
convertir en activista, hay cosas
muy importantes que pueden
cambiar con la música.
Puede transformar la manera
en que contemplas aspectos
de tu propia vida como el momento
en que decides dejar a
tus padres porque sabes que
ya puedes hacerlo por ti mismo
o dejar un trabajo estúpido
porque quieres algo más
creativo”. (G.W.)
Creciendo en Holanda
“Cuando empezamos nos
trasladamos a Amsterdam y
formamos parte de la escena
okupa y del movimiento antiimperialista
así que nos vimos
automáticamente implicados
en manifestaciones, fiestas,
campañas… Había muchas
posibilidades de tocar y era
fácil que la gente te conociera
y le gustaras”. (G.W.)
“Tuvimos mucha suerte al
empezar porque todo ese movimiento era muy fuerte entonces,
la okupación no era
tan difícil como en otros lugares
en los que la policía destruía
todo nada más comenzar.
Allí teníamos tiempo para
crear un espacio, desarrollar
proyectos, construir bibliotecas
o sitios para conciertos. La
gente podía aprender cómo
desarrollar cosas mientras las
estaban haciendo, fue una
gran práctica de cómo vivir de
forma independiente”. (K)
“Ahora okupar es más difícil
y todo ese movimiento ha
cambiado. La ley es más restrictiva,
hay menos espacios y
muchos han sido desalojados.
El Ayuntamiento reaccionó a
la okupación y ha derribado
muchos edificios que ofrecían
posibilidades para hacer cosas
allí así que muchos artistas
y músicos abandonaron la
ciudad. Esto fue negativo para
la imagen de la ciudad así que
el Ayuntamiento ha ofrecido
espacios oficiales, suyos, intentando
subvencionar de ese
modo a la gente para atraerles,
que es básicamente lo contrario de lo que era este movimiento.
Pero, al menos, es una
forma de poder hacer cosas.
El activismo político también
ha cambiado mucho. En los
‘80, si estabas implicado en algo
era por militancia, eras voluntario.
Con los años y el crecimiento
del paro, en Holanda
se desarrollaron políticas para
subvencionar trabajos sociales,
de manera que cobrabas
por el trabajo que hacías como
activista político. Es muy
extraño porque cobrar por
manifestarte, por ejemplo, debe
cambiar tu perspectiva de
las cosas. Así que hoy hay todavía
gente activa, pero menos
en las calles y más organizada
en oficinas y eso.
Creo que es bueno que haya
organizaciones haciendo ese
trabajo pero esto también
hace que haya quien piense
‘no necesito implicarme en
esto porque Greenpeace o
Amnistía Internacional ya lo
están haciendo’. Por eso digo
que el sentido general del
activismo en Holanda ha
cambiado bastante”. (G.W.)
AY, CARMELA
En 1986 The Ex editaron un disco-libro dedicado a la memoria del
anarquismo hispano. “Fue un poco
por casualidad. En 1985 conocimos a gente de una pequeña editorial que preparaba un libro sobre la
revolución y la Guerra Civil española. En Holanda está el IISH
(International Institute of Social
History) que tenía parte de los archivos de CNT. Cuando les permitieron
abrir las cajas y examinar lo que había dentro, también pudieron mostrarlo en público : miles de fotos de
la revolución, de la Guerra Civil…
Estuvimos allí viendo esas fotos y
sentimos que queríamos hacer algo
con ese material, aunque no sabía-
mos casi nada. Leímos muchos li-
bros y entrevistas sobre el tema, pa-
ra enterarnos de qué había pasado.
Así que hablamos con la gente de
la editorial para colaborar en ese
proyecto sobre la revolución, sobre
cómo la gente había podido tomar
sus vidas en sus manos y había intentado crear algo sin jerarquías. Y
triunfó, fue una realidad por un
tiempo. Luego fue destruida, aunque eso no es lo importante porque
siempre acaba pasando, pero lo
grande es que pudieron hacer realidad que los anarquistas, campesinos y trabajadores pudieran tomar
el control. Es algo muy inspirador”.
A MI MANERA
La certeza de que nadie se ocupa
mejor que uno mismo de sus
cosas, la nula disposición a pasar
por el aro de la industria y también la escasa respuesta de ésta
a una propuesta como la suya
hicieron que The Ex abogaran por
la más estricta autogestión como
vía de salida a sus canciones. Sin
demasiada ambición empresarial,
en los primeros lanzamientos
cambiaban continuamente el
nombre del sello hasta que los
distribuidores les advirtieron de lo
poco rentable que era esa práctica. The Ex Records nació como
plataforma editorial que les permitiría publicar sus discos sin perder
el control sobre su trabajo.
“Cuando se refieren
a The Ex como
grupo punk o
anarcopunk limitan
mucho lo que
hacemos”
Fuente: JOSÉ DURÁN / Culturas / SUPLEMENTO DE DIAGONAL / NÚMERO 31 / DEL 25 DE MAYO AL 7 DE JUNIO DE 2006 / CULTURAS@DIAGONALPERIODICO.NET