Los mercenarios de Blackwater han protagonizado 195 tiroteos en Irak desde 2005, según un informe presentado en el Congreso de Estados Unidos. La mayoría de los incidentes se produjo cuando los empleados de la compañía dispararon desde sus vehículos sin preocuparse después por el estado en el que quedaban los heridos. En esos incidentes, se ha confirmado la muerte de 16 civiles iraquíes.
Blackwater pagó en dos ocasiones a los familiares de las víctimas para que los sucesos no trascendieran. En la Nochebuena de 2006 un mercenario de Blackwater se emborrachó en la Zona Verde de Bagdad y tuvo una discusión con un guardaespaldas del vicepresidente iraquí. El empleado de la compañía de seguridad acabó asesinando al escolta iraquí. El mercenario fue sacado rápidamente del país y todavía no ha sido acusado de ningún crimen.
Regateando a las víctimas
Tras la protesta del Gobierno iraquí, el Departamento de Estado pidió a Blackwater que enviara una carta de condolencias y pagara una indemnización a la familia. Hubo una propuesta inicial de 250.000 dólares, pero al final todo quedó en 15.000.
De forma insólita, la embajada de EEUU en Bagdad llegó a anotar en un informe que si se paga mucho, «los iraquíes intentarían que les matasen para beneficiar a la economía de sus familias».
El informe del Congreso critica la permisividad de la Casa Blanca con las actividades de Blackwater. «No hay ninguna prueba de que el Departamento de Estado haya pedido contención a Blackwater, haya mostrado preocupación por los tiroteos o haya interrogado a algún empleado de la compañía», dice el informe. Cuando los mercenarios cometían algún crimen, el único castigo que recibían era el despido de la empresa.
Desde 2001, Blackwater ha recibido más de 1.000 millones de dólares en contratos con el Gobierno de Estados Unidos. El dueño de la compañía, Erik Prince, un antiguo militar de un cuerpo de élite, ha donado grandes cantidades de dinero al Partido Republicano. Prince se defendió ayer en el Congreso recordando que 30 de sus empleados han perdido la vida en Irak mientras defendían a diplomáticos de EEUU y que ninguna de las personas protegidas por la compañía ha resultado ni siquiera herida. «No hay una prueba mejor de la capacidad y la dedicación de esos hombres», sentenció Prince.
Todo son malas noticias para Blackwater desde que el 16 de septiembre sus empleados mataran a 11 civiles iraquíes en un tiroteo ocurrido en una plaza de Bagdad. El FBI anunció ayer el envío de un grupo de sus agentes para inciar una investigación criminal sobre lo sucedido. El Departamento de Estado y el Gobierno iraquí ya desarrollan una investigación conjunta sobre el suceso.
Fuente: OSCAR ABOU-KASSEM | publico.es