La negativa de los países en desarrollo y que son grandes emisores de gases contaminantes llevó casi al borde del fracaso a la X Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que culminó hoy con un acuerdo en el que la Unión Europea tuvo que ceder posiciones.
La «manzana de la discordia» fue el seminario propuesto por Argentina, con el respaldo de la Unión Europea (UE), para comenzar a delinear el próximo año qué acciones tomar en el largo plazo para lidiar con el cambio climático.
Tras unas diez horas de negociaciones preliminares, los delegados que participaron de la cumbre en Buenos Aires se aprestaron hacia las 5.30 horas local (8.30 GMT) para aprobar en el plenario el borrador de conclusiones, pero sorprendentemente la India pidió introducir una enmienda a la convocatoria al seminario.
El representante indio solicitó que se deje expresamente sentado que la celebración de esa reunión, que se realizará en mayo, en Bonn, no implicaría la apertura de un proceso de negociación para la adquisición de compromisos de reducción de gases por parte de los países en desarrollo.
El Protocolo de Kioto, que entrará en vigor el próximo 16 de febrero, establece obligaciones de mitigación sólo para los países industrializados, que deberán reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre 2008 y 2012 a un nivel no inferior al 5 por ciento registrado en 1990.
Pero la Unión Europea y otros países desarrollados defienden la idea de que los compromisos de mitigación sean ampliados a otras naciones a partir de 2012.
India es el sexto mayor emisor de gases contaminantes del mundo y no dispone de recursos ni tecnologías suficientes para cumplir con compromisos de reducción de sus emisiones.
Tampoco Estados Unidos quiere abrir una negociación «post Kioto», ya que ni siquiera ratificó ese pacto y ha optado por aplicar políticas unilaterales contra el calentamiento global.
Asimismo, los países productores de petróleo rechazan la idea de acuerdos que los lleven a reducir emisiones de gases de efecto invernadero por obligación, ya que sus economías están basadas en la explotación de combustibles fósiles, altamente contaminantes.
La objeción de la India, que fue apoyada por China y Brasil, también grandes emisores, generó que el documento de conclusiones fuera re-formulado siete veces hasta que las partes llegaran a un entendimiento con el arbitrio de Argentina.
Caras de hartazgo, ojeras y hasta disimuladas siestas dominaron la última sesión plenaria, que finalizó hacia las 9.00 horas local (12.00 GMT) y que debió concluir, según lo programado, quince horas antes.
El tedio y el apuro de algunas delegaciones para no perder sus vuelos de regreso a sus países se impusieron y los representantes de la UE se reunieron y decidieron aceptar la enmienda.
Finalmente, el texto aprobado indica que «las actas del seminario estarán a disposición de las partes para su consideración, teniendo en cuenta que el seminario no abre ninguna negociación que lleve a nuevos compromisos».
El seminario, al que concurrirán expertos gubernamentales, tendrá como objetivo «el intercambio de información oficiosa» entre los países sobre las políticas de lucha contra el cambio climático.
«Argentina tenía una expectativa razonable, moderada y nos fue bien», aseguró a la prensa el jefe de la delegación argentina, Raúl Estrada Oyuela.
En la cita en Buenos Aires, a la que asistieron por once días más de 2.200 delegados de 178 países, otro de los grandes temas fue el de la adaptación a los impactos del cambio climático, especialmente en las naciones más pobres.
En este renglón se acordó poner énfasis en la recolección de información y la formulación de modelos de previsión meteorológicos, el análisis de la vulnerabilidad y el cálculo de los costos del impacto del cambio climático, entre otras acciones.
EFE –