Hay una habitación azul en Atocha que conduce hasta el cielo, mejor dicho conduce hasta el sol, ya que las temperaturas que se alcanzan en el interior del monumento, estarían más próximas a un horno que a un lugar de paz y serenidad.

Hay una habitación azul en Atocha que conduce hasta el cielo, mejor
dicho conduce hasta el sol, ya que las temperaturas que se alcanzan en
el interior del monumento, estarían más próximas a un horno que a un
lugar de paz y serenidad.

Si hay algún misterio sin descubrir en el monumento a las víctimas del 11-
M, es el motivo por el cual cercanías no procede a conectar el aire
acondicionado en las zonas habilitadas para ello en este monumento. Curiosamente, si funciona el aire acondicionado cuando la visita es de
alguien importante, ni los visitantes de a pie, ni los trabajadores tienen
derecho a visitarlo y a trabajar en él con unas condiciones mínimas de
confortabilidad.

Se ha hablado mucho de este monumento, y de sus 3 millones de euros
presupuestados, pero muy poco de las condiciones en las que prestan
servicio los trabajadores. MEPABAN (empresa encargada de prestar el
servicio con sus trabajadores), Cercanías, la Comunidad de Madrid y el
mismo Ayuntamiento de la ciudad, parecen ignorar el problema ya que
nadie se encarga de solucionarlo.

Ahora este monumento, “llamado horno entre visitantes y trabajadores”,
no es el lugar para meditar, descansar y rendir homenaje a los fallecidos
en ese fatídico día.

De allí, al cielo.


Fuente: SECRETARÍA DE COMUNICACIÓN SFF-CGT