Muchas personas desconocen que bastantes aulas, de muchos de los centros educativos, no están preparadas para evitar que en ellas, durante la jornada escolar, se alcancen, durante varias horas al día, temperaturas que exceden ampliamente los límites establecidos por la norma que establece en toda España las disposiciones mínimas de seguridad y salud en lugares de trabajo.

Concretamente el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, en su Anexo III, establece las condiciones ambientales en los lugares de trabajo. En materia de Temperaturas, dice lo siguiente: “En los locales de trabajo cerrados deberán cumplirse, en particular, las siguientes condiciones: La temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17 y 27º C. La temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25º C.”

Concretamente el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, en su Anexo III, establece las condiciones ambientales en los lugares de trabajo. En materia de Temperaturas, dice lo siguiente: “En los locales de trabajo cerrados deberán cumplirse, en particular, las siguientes condiciones: La temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17 y 27º C. La temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25º C.”

Desde hace varios años la CGT ha venido informando, reiteradamente, a la Delegación Provincial (hoy territorial) y la propia Consejería, incluyendo a sucesivos titulares de la misma, la existencia de temperaturas menores o mayores de las establecidas como límites el Real Decreto antes mencionado, sin que los políticos, responsables de la educación andaluza, hayan actuado en modo alguno. Incluso el, por entonces, Sr Consejero Francisco Vázquez de la Chica, calificó de “frivolidad” las múltiples denuncias que se le hicieron llegar sobre este asunto, en sede parlamentaria. El que cientos de miles de personas (alumnado y docentes) hayan tenido, tengan y tendrán que soportar, día tras día, encerrados en sus clases durante horas, temperaturas inferiores a los 17 grados, en invierno, y muy superiores a los 27 grados de máxima, en primavera y verano, es, a criterio de quienes viven constantemente en entornos climatizados, una “frivolidad”. Además del incumplimiento prevaricador de la ley, este aspecto está directamente relacionado con los rendimientos escolares. CGT lleva varios años realizando investigaciones que van confirmando la hipótesis de que las temperaturas extremas pudieran explicar algo más de una cuarta parte del “mal llamado” fracaso escolar. En determinados territorios del Estado español, donde prácticamente el 100% de las instalaciones están climatizadas, se obtienen mejores resultados escolares que en aquellos otros, donde las temperaturas no son las adecuadas y además las personas están sometidas, por largos periodos de tiempo, a su negativa influencia. Como se verá no es un tema menor, ni mucho menos frívolo.

Recientemente un requerimiento de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Cádiz, viene a avalar las denuncias y las demandas de CGT, para la urgente climatización de los espacios donde se desarrollan los procesos de enseñanza aprendizaje en los centros educativos andaluces. Se requiere por tanto ejecutar un plan de inversiones que lo permitan, unida a la también demanda de CGT, de que se instalen en los centros educativos sistemas de producción de energías renovables y mejoras en los aislamientos de edificios. Con ello se equilibran los impactos medioambientales y reduciendo los costos energéticos de los establecimientos escolares públicos. Pero esto, como otros derechos, la ciudadanía tendrá que defenderlos denunciando cada situación.

Educación CGT Andalucía


Fuente: Educación CGT Andalucía