El conseller de Sanidad Boi Ruiz ha visitado la mañana y mediodía del viernes 18 de mayo la ciudad de Tarragona. Lo ha hecho primero en el Hospital Universitario Juan XXIII, que a raíz de los recortes impulsados por él ha visto muy disminuida su actividad y su plantilla, y también el Ayuntamiento de Tarragona. En ambos casos ha sido atendido por las autoridades, representantes políticos y dirección del centro.
A las diez de la mañana había planeada la asistencia del consejero en la sala de actos de la cuarta planta, así como la unidad de hemodinámica. El motivo, anunció que esta unidad en concreto incrementará las horas de servicio de cuatro a ocho de la tarde, es decir, estará operativa de nueve de la mañana a ocho de la tarde, y también ha prometido que de cara al 2014 la actividad sería de 24 horas.
A las diez de la mañana había planeada la asistencia del consejero en la sala de actos de la cuarta planta, así como la unidad de hemodinámica. El motivo, anunció que esta unidad en concreto incrementará las horas de servicio de cuatro a ocho de la tarde, es decir, estará operativa de nueve de la mañana a ocho de la tarde, y también ha prometido que de cara al 2014 la actividad sería de 24 horas. Esta cortina de humo, sin embargo, no ha hecho calmar los ánimos de las trabajadoras y usuarias que ya le esperaban a y media, cuando se lo han encontrado por sorpresa en Urgencias y le han entregado el documento con las reclamaciones.
La protesta que los sindicatos y la junta de personal habían convocado en la misma cuarta planta ha contado con el imprevisto, pues, de que el consejero ya estaba dentro y, por tanto, han tenido que esperar su salida, que no ha sido hasta tres horas después. Con todo, cabe decir que la prensa ha tenido el paso cerrado hasta bien entrada media mañana, tan sólo cuando la ha llamado para hacer la rueda de prensa dentro, a diferencia de lo que tenían pensado en un inicio. Antes de salir, los agentes de Mossos d’Esquadra han asegurado contar con un ascensor y es por eso que han hecho bajar todos los pacientes y personal que había. En los pocos segundos en que Boi Ruiz y otros representantes políticos han mantenido contacto visual con las manifestantes, el forcejeo entre el cordón policial y las asistentes ha provocado algunos golpes y empujones.
Tras la presión matinal y quedarse un buen rato en la sala de actos, la delegación de la Generalitat ha llegado tarde a la cita que tenían en el Ayuntamiento con el alcalde y la portavoz del grupo municipal de CiU, Josep Fèlix Ballesteros y Victoria Hornos. Más de sesenta manifestantes le han abucheado a las puertas, en la plaza de la Font, acompañadas de un fuerte despliegue policial con dos BRIMO y agentes ARRO.
Mientras esperaban la salida, estos agentes se han encargado de buscar el perímetro y recomendar a las personas que asistían a la protesta que lo hicieran «en el espacio habilitado». Rodeado de Ballesteros y Hornos, Ruiz se ha dirigido al coche que tenía estacionado en la calle detras de Santo Domingo y se ha marchado en medio de gritos de las pocas personas que habían permanecido en el entorno de la plaza. En cuanto a la actuación policial, una identificación ordenada por el jefe de los Mossos ha desembocado un conflicto de empujones y gritos de solidaridad. Más tarde, también han tomado dos fotógrafas y les han hecho enseñarles las fotos, aunque no las han borrado.
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