Los 34 bomberos de los polígonos químicos norte y sur de Tarragona han mostrado su malestar por las condiciones laborales a que están sometidos y porque consideran que se les exige, por parte de la empresa Lainsa de la que dependen, ejercer trabajos no relacionados directamente con sus funciones.
«El protocolo a que están sometidos los define como miembros de una empresa de mantenimiento y ayuda contra incendios, lo que no casa con el papel determinante que juegan, ya que se trata de equipos de primera intervención cuando se produce una emergencia», explicó Ángel Rodríguez, militante del sindicato CGT e integrante del comité de seguridad y salud de Repsol YPF.
Asimismo, la plantilla reclama desde hace tiempo su equiparación con los Bomberos de la Generalitat, una reivindicación que no ha conseguido a pesar de desempeñar un papel fundamental en unas industrias con un elevado grado de riesgo.
«Se trata de empleados que deberían disponer de una formación permanente porque son los primeros que han de llegar al lugar cuando hay un siniestro y deben conocer a fondo las fábricas», precisó Rodríguez. Actualmente los bomberos que dependen de las industrias químicas trabajan unas 1.000 horas más al año que los bomberos del Govern, según las fuentes sindicales.
La Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT) rehusó pronunciarse sobre el contencioso. «Nosotros contratamos a una empresa que respondía a un perfil determinado y que nos ofrecía bomberos y hasta ahora han cumplido el contrato, por lo que no tenemos ninguna queja», explicaron fuentes de la asociación.
SEGURIDAD
La CGT ha llevado el caso a la Conselleria d’Industria y espera un pronunciamiento en los próximos días. El sindicato insiste en que los bomberos han de dedicarse únicamente a prepararse y a hacer frente a incidentes, lo que ahora no está garantizado. Fuentes del Govern confirmaron que se estudia el tema con atención «porque estos bomberos son uno de los elementos estratégicos del sistema de seguridad de los polígonos químicos de Tarragona».
Fuente: FERRAN GERHARD / El Periodico