Hace 13 años, Alcor decidió dejar de pagar impuestos porque se resistía a colaborar con un Estado que gobierna a espaldas de sus ciudadanos. “La insumisión fiscal es una respuesta legítima ante los abusos que prodiga el status quo”, argumenta.
“No puedo ser crítico con El Sistema y contribuir mansamente como un sujeto pasivo ; no puedo estar empachado de tanta corrupción y subvencionarlo con mis impuestos directos ; no sé estar en contra de una guerra y sufragarla con mi dinero ; no comprendo cómo se puede exigir que nos traten con dignidad y tener más miedo que un borrego”
El argumento contrario para la insumisión fiscal surge con facilidad porque… ¿a quién no le gustaría dejar de pagar impuestos ? Sin embargo, quizás la respuesta no sea tan obvia, ya que fue el propio Sistema el que enseguida le respondió. Le convirtió en insolvente al embargarle gran parte de la nómina. Por esa razón, sostiene que no se está “burlando” de El Sistema. “Ser insumiso me cuesta la pasta que embargan de la nómina por mandamiento judicial de manera puntual y mensual”, añade.
Eso sí, una vez sufridas las represalias del Estado y los bancos que engrosan su particular lista de acreedores, no deja de resaltar la gran contradicción : “la Justicia me impuso la decisión de que pagara los impuestos, la multa por no pagarlos y sus intereses –embargándome la nómina- en vez de garantizarme que todo lo que se cuenta sobre la corrupción actual en España” es mentira o que se va actuar en su contra.
Alcor define su decisión como un paso más cuya distancia no se recorre por el simple, pero efectivo miedo. Más allá, se trata tan sólo de cumplir ciertas reglas, sobre todo “no tener nada a tu nombre”. “Ni los calzoncillos que llevo puestos están a mi nombre no sea que me los embarguen”, ironiza, mientras explica que, en la práctica, está ocupando su propia casa, puesta ahora a nombre de una fundación.
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Decrece-Madrid
Fuente: Decrece.Madrid