Artículo publicado en Rojo y Negro nº 397, febrero 2025
Quién nos iba a decir a CGT que el mayor conflicto jamás visto en AIRBUS sería con un fin totalmente altruista y solidario y CGT en solitario, siendo la única organización convocante de una huelga que solucionaría una situación tan injusta.
En diciembre de 2024 la empresa acometió un despido totalmente injustificado, con un trasfondo totalmente ejemplarizante y autoritario, hasta aquí todo claro…, otra cosa es que la plantilla entendiese lo peligroso que era para esta permitir un despido de esta índole por el cómo y el porqué. Y como no podía ser de otra manera, siendo CGT el único sindicato dispuesto a enfrentar el despido del compañero, bendita asamblea que entendió el contexto, dichosa asamblea que decidió ejercer las mayores y mejores herramientas para que la clase trabajadora defienda o conquiste los derechos que por justicia y derecho merece: ¡asamblea! ¡huelga!
En las dos semanas más frías del año estuvimos en las puertas por solidaridad con el compañero y para protegernos, para decir alto y claro que ¡NO!, que no vamos a permitir tal atropello. No había revisión salarial, no había unas condiciones a mejorar, no había premio económico al final del camino. No permitir que destrozaran a una familia era el premio… ni más ni menos.
Ocho días de huelga, unos 1.500 euros de pérdida en diversos conceptos para cada persona en huelga, multitud de gestos solidarios y total iniciativa y gestión por parte de las personas huelguistas, CGT fue una mera herramienta al servicio de las trabajadoras y trabajadores. Cuán emocionante ha sido vivir por nuestra parte la determinación con la que se organizaban y ejecutaban los piquetes, con las fuerzas del Estado soplándonos la nuca, cuidando cada detalle. Desayunos solidarios destinando la recaudación al afectado, cuidando con mimo ese bidón con fuego que simbolizaba nuestra lucha —mientras hay llama hay lucha y hasta que no hay solución hay llama—.
El trabajador y la empresa llegaron a un acuerdo satisfactorio para ambas partes recogido en distintos términos que colocan la vida del compañero en una óptima situación. Este resultado es una gran lección a los sindicatos amarillos e inservibles desde su inmovilismo y burocracia, pero, más importante aún, es la bofetada en la cara a los sindicatos que hacen llamarse de clase, CCOO y UGT, que ponen las excusas necesarias para no ir a la lucha, para justificar despidos o tantos derechos perdidos a través de sus acuerdos, anclados en una realidad que les aleja de nuestras luchas, les aleja de la defensa de nuestros derechos, sumergidos en sus liberaciones y sus subvenciones millonarias, en su compadrazgo con las empresas que les reportan múltiples beneficios tanto personales como organizativos, con sus eternas negociaciones, su “es lo mejor que se puede conseguir” y su “las huelgas no sirven para nada”, siempre culpando a los y las propias trabajadoras y a la CGT como origen de cualquier mal. No aprenden porque no les interesa, no corrigen porque no quieren ver, conllevaría perder sus prebendas y privilegios. No están lejos de la realidad, están en otra realidad. Nunca olvidaremos las lágrimas de la familia del compañero, la indignación de su padre, antiguo sindicalista de comisiones obreras tanto en la clandestinidad como en la posterior legalidad de nuestras funciones, décadas dentro de CCOO, viendo cómo condenaban a su hijo, cómo le daban la espalda… Y más aún, cómo, con tal de guardar sus vergüenzas, torpedeaban cualquier posible acuerdo que beneficiase a su hijo.
A la sección sindical de CGT AIRBUS solo nos queda dar las gracias, nuestra eterna gratitud, por la confianza depositada, por cada gesto altruista desde la persona que aportó a la caja de resistencia hasta al huelguista. Cuando habíamos tirado la toalla con la sociedad y nuestra plantilla ante la impasividad y pasividad mostrada ante las injusticias, de repente, saltó la chispa, prendió la llama que enciende nuestros corazones porque en nuestros corazones llevamos… un mundo nuevo.
GRACIAS POR LA RABIA,
GRACIAS POR TODO…
Y ¡ENHORABUENA!
Sección sindical de CGT en Airbus
Fuente: Rojo y Negro