Les maniataron y les dispararon en la cabeza. Después se deshicieron de los cuerpos tirándolos a un canal de Bagdad
“Pensé que lo hacía por mi familia, pero ahora me doy cuenta de que les estoy haciendo más daño que si no lo hubiera hecho”. Esta es la declaración que el sargento Michael Leahy hizo sobre un nuevo crimen de guerra de las fuerzas militares estadounidenses en Irak. The New York Times revelaba este miércoles la ejecución de cuatro iraquíes que tres suboficiales del Ejército llevaron a cabo en abril de 2007 en Bagdad.
Les maniataron y les dispararon en la cabeza. Después se deshicieron de los cuerpos tirándolos a un canal de Bagdad

“Pensé que lo hacía por mi familia, pero ahora me doy cuenta de que les estoy haciendo más daño que si no lo hubiera hecho”. Esta es la declaración que el sargento Michael Leahy hizo sobre un nuevo crimen de guerra de las fuerzas militares estadounidenses en Irak. The New York Times revelaba este miércoles la ejecución de cuatro iraquíes que tres suboficiales del Ejército llevaron a cabo en abril de 2007 en Bagdad.

El sargento primero Joph Mayo, el sargento Michael Leahy y el sargento primero John Hatley dispararon en la nuca a sus cuatro rehenes, maniatados y encapuchados. Se deshicieron de los cuerpos arrojándolos a un canal de la capital iraquí, según la declaración jurada de los dos primeros.

En esa declaración, Mayo y Leahy describen la cadena de acontecimientos que les llevaron a ejecutar a los cuatro iraquíes, pertenecientes según ellos a una milicia armada chií que controla el suroeste de Bagdad. La patrulla capturó a varias personas en un edificio en el que, además, encontraron diversas armas automáticas, granadas y un rifle de mira telescópica.

De vuelta a su puesto de combate, el sargento Hatley recibió una llamada de sus superiores. Le dijeron que la posesión de armas no era una razón suficiente para detenerlos y que, por tanto, debían soltarlos.
Todo, por venganza

Sin embargo, Hatley desobedeció las órdenes y convenció a los otros dos acusados para llevar a los detenidos a un canal cercano donde se desharían de ellos. Leahy explicó en su declaración que tomaron esa decisión como represalia por la reciente muerte de dos compañeros de su unidad.

“Entonces nos dirigimos al canal, y el sargento de primera clase Mayo y yo sacamos a los detenidos del (blindado) Bradley, les pusimos en fila y les disparamos”, cuenta Leahy. “Después, echamos los cuerpos al canal”. Mayo también hace referencia en su declaración al rencor por el asesinato de sus compañeros.

Ambos reconocen haber matado cada uno al menos a un rehén, siguiendo las órdenes de Hatley que, según sus declaraciones, sería el autor de dos de las muertes.

El mes pasado, otros cuatro hombres bajo las órdenes de Hatley fueron acusados de intento de homicidio al aceptar formar parte de un plan para matar a cuatro prisioneros.

De momento, ni Hatley ni Leahy ni Mayo han sido formalmente acusados, pero los abogados de algunos miembros de su unidad que escucharon los disparos aseguran que serán procesados por asesinato.


Fuente: PÚBLICO.ES