Artículo de opinión de Rafael Fenoy Rico

Título de película que proyecta la situación que vive la Jueza Alaya. Una mujer que asume el reto de encontrar verdades en una laberíntica trama fraudulenta de enormes dimensiones, que implica a cientos de personas imputadas, muchas de ellas, cargos públicos lo que agrava el sentimiento de estafa que siente el pueblo andaluz.

Título de película que proyecta la situación que vive la Jueza Alaya. Una mujer que asume el reto de encontrar verdades en una laberíntica trama fraudulenta de enormes dimensiones, que implica a cientos de personas imputadas, muchas de ellas, cargos públicos lo que agrava el sentimiento de estafa que siente el pueblo andaluz.

Contra el Junco solitario se yergue la tormenta poderosa. Las estructuras de poder político y sindical cierran filas para defender a los suyos, para huir de la quema, para evitar mayores indagaciones. Porque cada nueva indagación permite tirar de otro hilo diferente y encontrar un nuevo yacimiento de fraude y corrupción. Se evidencia un desigual combate con la Justicia como campo de batalla. Los medios de comunicación muestran cada día una misma escena que siembra en la conciencia de aquellas personas que la ven la más absoluta de las simpatías. Una mujer, andando erguida, con el pelo largo y suelto, vestida elegantemente sin afectación, tira de un troiler, una pequeña maleta con ruedas, entrando con paso seguro en el juzgado. Nada indica la cualidad que le confiere el ser jueza y sin embargo cada día que transcurre es mayor la sensación que trasmite de firmeza y dignidad en el ejercicio de su oficio.

Frente a ella, nunca mejor dicho, una manada de expertos leguleyos pretende salvar de la condena a sus defendidos. Un ministerio fiscal que, más que colaborar en esclarecer los hechos delictivos, pretende fiscalizar la acción de la Jueza, poniéndole todo tipo de trabas, creando con ello el clima propicio para que se dude de la impecable instrucción que la Sra Alaya realiza.

Un todo poderoso aparato político y administrativo, dirigido por la Sra Susana Díaz que en lugar de abstenerse en el proceso actúa por activa y por pasiva para deslegitimar la instrucción, dirigiendo una orquesta de funcionarios mandatados para distorsionar, ralentizar, obstruir el trabajo de la Jueza. Poner la mano en el fuego por amigos inculpados sólo agiganta la figura de una jueza que, junto a un reducido núcleo de colaboradores en la búsqueda de la verdad, debe sortear todas las pegas del mundo, contra tanto “crimen organizado” y poderosos padrinos. En línea con la mejor tradición de Hollywood “Sola ante el peligro” le viene al pelo. No obstante conviene recordar que en los guiones cinematográficos, cuando peor se le ponen las cosas al justiciero, aparece la Sheriff, el cantinero, amas de casa, la redactora del periódico local, los de la cuadra, el borrachín de la taberna y hasta el chico de los recados, armados para ayudar a la heroína. El Voto es un arma que ya están probando los sindicatos “mayoritarios” en carnes propias.

Rafael Fenoy Rico

 

 


Fuente: Rafael Fenoy Rico