El 27 de junio se rescindió el contrato a 13 trabajadores de Iveco (aunque dos de ellos fueron salvados por rogatoria de CCOO) alegando el alto absentismo con el que contaban.
Según la empresa estos trabajadores tenían más de 500 días sin producir en seis años, y más de 35 procesos de baja, cosa que no se acerca ni a la mitad en la mayoría de los casos.
El
miércoles 6 de julio,
4
de los desped
El
miércoles 6 de julio,
4
de los despedidos
(al final
3
porque uno de ellos no pudo sumarse por enfermedad) decidieron
acampar
a las puertas
de la factoría reclamando su readmisión porque no estaban conformes
con
«ser
las cabezas
de turco de una campaña que había iniciado la empresa para
criminalizar
a los trabajadores
que tenían la desgracia de caer de baja».
Tras
la reunión
con el SERLA, la empresa
reconoció
la improcedencia de los despidos, pero aún así
6
de los trabajadores
decidieron
emprender una lucha para ser readmitidos. Lucha incesante
y dificultosa por
la falta de apoyo
que han tenido por parte del Comité de empresa.
¿Por
qué esta negativa
y
trabas? Desde
un principio UGT y CCOO instaron a sus afiliados
a coger el dinero porque
según la empresa
tenía pruebas contra ellos; incluso los propios
representantes sindicales
se
encargaron
de hacer campaña levantando entre la plantilla
falsas injurias e insultos.
Una
semana más
tarde
y con los compañeros
ya acampados,
los tres sindicatos
estaban dispuestos a luchar
«con
uñas y dientes»
e
incluso
a parar
la
factoría las jornadas especiales de los sábados que había
establecido
la empresa.
Al día siguiente, UGT
se desmarcó, decidían que no a apoyar los paros aunque sí
acompañaría
a los
acampados 45 minutos antes de las entradas y
salidas
de los turnos; ¡cosa
que no hizo
ni
una sola vez!.
Transcurrida
otra semana más, se estableció
parar el
miércoles
13 de julio tres horas por turno; y a partir de ahí todos los martes
y
jueves paros
de dos horas respectivamente. Cuál sería la sorpresa de los
despedidos acampados
y de
los muchos compañeros que queríamos hacer fuerza con ellos, se equivoca en el día de convocatoria de huelga (que pasó a
ser el viernes
15) y en
la forma (que la hace ilegal).
Una
audaz jugada pensada por Foronda (responsable
de recursos
humanos) y realizada una vez más por el Comité
que juegan a una.
El
viernes 13,
apoyados
por los delegados,
trabajadores
y
compañeros
de CGT se hizo la concentración
reclamando
la readmisión.
A
partir de
aquí y
viendo
la negativa que hemos tenido hasta ahora,
nuestros
esfuerzos se
centrarán en
concentraciones
que tendrán lugar a las puertas de la factoría (miércoles
20
a las 11 h.
convocada
por
CGT, y el viernes
22
a
las 17 h.
con
el apoyo de distintos
movimientos sociales.)
Y en
unas convocatorias de huelga que están aún por
establecer.
Por
último,
cerrar
esta carta agradeciendo
el apoyo moral,
logístico
y económico que nos ha proporcionado la CGT, los distintos
compañeros,
amigos
y familiares.
CGT Iveco Valladolid
Fuente: CGT Iveco Valladolid