Salvando las distancias, las condiciones políticas, económicas, sociales, sindicales, etc… de aquel período con el actual, resulta significativo y curioso a la vez que cuando se producen avances relevantes (en la línea de procurar ser hegemónicas) por parte de las estructuras en las cuales se agrupa y organiza la clase obrera, esto siempre acontezca entre grandes dificultades y discordias internas casi insuperables.

Salvando las distancias, las condiciones políticas, económicas, sociales, sindicales, etc… de aquel período con el actual, resulta significativo y curioso a la vez que cuando se producen avances relevantes (en la línea de procurar ser hegemónicas) por parte de las estructuras en las cuales se agrupa y organiza la clase obrera, esto siempre acontezca entre grandes dificultades y discordias internas casi insuperables.

SINDICALISMO ALTERNATIVO EN EXTREMADURA
Breve análisis de la evolución de la CGT en Extremadura durante el último quinquenio y claves de su desarrollo.

Leía hace unos días con satisfacción e identificación un artículo sobre la evolución tanto en influencia social y sindical como en afiliación de la CNT entre los años 1931 a 1933 (de 500.000 afiliados pasamos a tener 1.000.000). El texto decía que ese sorprendente esfuerzo reorganizador tras un largo período de progresiva decadencia y pérdida de afiliación continuada (200.000 afiliados perdidos desde 1919 a 1931) se realizó con grandes dificultades y discordias internas casi insuperables.
Salvando las distancias, las condiciones políticas, económicas, sociales, sindicales, etc… de aquel período con el actual, resulta significativo y curioso a la vez que cuando se producen avances relevantes (en la línea de procurar ser hegemónicas) por parte de las estructuras en las cuales se agrupa y organiza la clase obrera, esto siempre acontezca entre grandes dificultades y discordias internas casi insuperables.
Desde un pensamiento dialéctico sin embargo esto es algo normal y razonado, ya que todo desarrollo se genera por medio de lo que venimos denominando crisis (de la contradicción surge el desarrollo como solía decir uno de los nuestros). Las crisis pueden ser de crecimiento o de retroceso (o de estancamiento), depende de quien las gane, ya que siempre se genera una crisis cuando se enfrentan lo nuevo y lo viejo (una crisis se genera cuando lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir como diría también otro de los nuestros. O sea, que dada la naturaleza dialéctica de la vida siempre estamos en crisis y por tanto hay que acostumbrarse a ello, es más, vivir con ello, en ello y por ello).
A ciertos niveles confederales, tanto territorial como sectorial, el sindicalismo alternativo anarcosindicalista en el que nos agrupamos parece que anda algo asustado por la aparente situación de permanente confrontación dialéctica en la que estamos sumidos en Extremadura, desde hace 5 años, los que apostamos por un modelo sindical, social, económico y político alternativo. Confrontación permanente que se basa en una crisis de crecimiento que está poniendo patas arriba muchas concepciones obsoletas y limitadoras de la emancipación por ella misma de la clase social que en nuestro sindicato se organiza, como por ejemplo el identitarismo sectario y el economicismo apolítico (*). Crisis de crecimiento que tiene sus propios ritmos y que no se va a doblegar ante nada ni ante nadie mientras siga persiguiendo sus propósitos y cosechando, por ello, éxitos constantes en la práctica y arraigo cada vez mayor entre los/as trabajadores/as ; y obviamente sin relajarse en su fin de elevar permanentemente el nivel de conciencia de estos/as, pues solo así podrán ser libres por ellos mismos.
Nunca en Extremadura la CGT había contado con tantos/as afiliados/as, a los que se suman los que día a día pasan a formar parte de nuestros entes. Nunca en Extremadura la CGT había tenido tantos acuerdos de unidad de acción sindical con tantos pequeños sindicatos y organizaciones sociales para los que el sindicalismo entreguista y de mercado que practican UGT y CCOO ha dejado de ser referente desde hace algún tiempo. Nunca en Extremadura la CGT había contado con tanta influencia en el ámbito de lo sindical, social, político, mediático e institucional como hasta ahora ; y todo esto sin renunciar ni un ápice a sus principios ni relegarlos para un futuro.
Queda obviamente mucho por hacer y muchas resistencias, internas y externas aún por vencer, para dar la vuelta a la realidad y conseguir una hegemonía plena, en todos los ámbitos sin exclusión, de los hasta ahora desposeídos. En especial en el sindical en el que más temprano que tarde debemos de relegar al cubo de basura de la historia al sindicalismo entreguista representado por UGT y CCOO.
Tenemos aún por delante la tarea de convencer e incorporar a nuestro proyecto a todo el sector crítiCCOO, pues el sindicato perpetrador de la agresión a los de SINTEL y a los de Puertollano, entre otros muchos, hace tiempo que no es más que un instrumento al servicio del poder establecido y del mercado, por tanto. Tenemos aún por delante la tarea de incorporar a la CGT a toda aquella persona que aspira a una sociedad sin explotadores y explotados, que lucha por una sociedad justa, ya que el sindicalismo de mercado que representan UGT y CCOO hace tiempo que abandono estos ideales. Tenemos aún por delante la tarea de preparar a los/as trabajadores/as que se acercan a nuestro pensamiento para que permanentemente se mantengan en estado de lucha y vigilantes, pues, como demuestra la historia, cada vez que la clase obrera se desactiva y baja la guardia, el sistema social injusto que padecemos le termina hasta por conquistar (mediante el economicismo, el identitarismo, el apoliticismo, el dogmatismo, el sectarismo, o cualquier otro ismo) hasta las organizaciones que le son propias.
Sin albergar otra intención que no sea el deseo de que estas líneas generen ese necesario debate permanente sobre la lucha en lo interno-externo (única y misma cosa), que nunca debe de decaer si queremos situarnos en una constante trayectoria de crecimiento como clase social consciente de si misma, recibid un fraternal saludo.
Fdo. : Javier Caso Iglesias.

(*) Os adjunto un magnífico texto de Agustín Morán que describe como nuestras limitaciones, carencias y errores posibilitan la permanencia y fortalecimiento del sindicalismo de mercado :
También se producen actitudes sectarias que, en nombre de glorias pasadas, brillan por su ausencia en la lucha cotidiana, coexisten pacíficamente con la precariedad e impiden la unidad entre gente combativa por razones puramente identitarias. Las enormes insuficiencias y patologías de los sectores anticapitalistas, facilitan el trabajo del sindicalismo mayoritario que, para la continuidad de su hegemonía, necesita el vacío de cualquier alternativa sindical que demuestre, practica y teóricamente, su capacidad de enfrentamiento con los empresarios y de defensa participativa y real de l@s trabajador@s.
Cuando hablamos de sindicalismo capitalista no solo hablamos de veinte o treinta miembros de una ejecutiva federal, sino de docenas de miles de cuadros liberados del trabajo en la empresa, integrantes de órganos de dirección sectorial o territorial, asalariados estables, envejecidos, con un alto nivel de consumo, con una formación teórica muy baja, que se maquilla con la basura teórica que se produce desde la dirección confederal. Esta capa social tiende a enfrentarse inmediatamente con los compañeros de su propio sindicato que desean luchar o con las secciones sindicales que se autoorganizan en una empresa, o se coordinan socialmente, ante una agresión patronal. El deseo compulsivo de pasar horas reunidos con la dirección, o en su defecto, en el cuarto sindical, son sus mayores aspiraciones. Ese personal conservador, servil ante las patronales, es la élite que gestiona, desde dentro de las «organizaciones de clase», los intereses presentes y futuros de la clase obrera. Estas direcciones sindicales no traicionan a la clase obrera sino a sus sectores minoritarios mas combativos. Su hegemonía es rigurosamente democrática. Se basa en una corriente circular de generación mutua entre una clase obrera desencantada, individualizada, impotente, consumista, calculadora y oportunista y esta penosa vanguardia.
El discurso que legitima este círculo vicioso es : «No podemos hacer mas desde el sindicato porque la gente no quiere hacer mas». «Cualquier intento que no parta de esta realidad está condenado al fracaso y las derrotas que solo traerán retrocesos» Pero en realidad, la verdadera cosecha de derrotas y retrocesos corresponde a este modelo de sindicalismo capitalista que, con la usurpación de un pasado de lucha, cubre las vergüenzas de un presente de ignorancia, división, desmoralización y colaboración con el enemigo.
Hoy, tras la «modernización sindical», los grandes sindicatos aparecen como organizaciones autónomas del estado. Pero el gasto creciente de sus aparatos, junto a la baja afiliación, les hace dependientes del estado. Su debilidad teórica se cubre con un discurso keynesiano, como forma de aparentar que se mueven por algo mas que un cálculo meramente táctico. El clientelismo y la defensa del status de funcionarios por parte de miles de antiguos luchadores obreros, se complementa armónicamente con la mansedumbre, civilizada y democrática, de l@s trabajador@s frente a los abusos, ilegalidades e intimidaciones de los empresarios. En el franquismo, no se podía luchar contra el capital porque lo impedía la brigada político-social. Hoy, en la monarquía parlamentaria que le ha dado continuidad, tampoco se puede, porque, con sus acciones y sus omisiones lo impide la burocracia sindical.
Agustín Morán. CAES.


Par : CGT PLASENCIA