Yo no tengo miedo a la libertad de expresión, ¿por qué habría de tenerlo si yo sé que mi verdad, es pequeña pero cierta ?
Yo no tengo miedo a escribir ni a decir lo que dictan mis palabras.
Yo no tengo miedo a leer lo que otros escriben sin faltas, entre sus líneas asoman complicidades baratas.
Yo no tengo miedo a escuchar lo que gritan a pleno pulmón cuando no se les da la razón o cuando peligran sus bocas de paja.
Yo no tengo miedo a...
Yo no tengo miedo a la libertad de expresión, ¿por qué habría de tenerlo si yo sé que mi verdad, es pequeña pero cierta ?
Yo no tengo miedo a escribir ni a decir lo que dictan mis palabras.
Yo no tengo miedo a leer lo que otros escriben sin faltas, entre sus líneas asoman complicidades baratas.
Yo no tengo miedo a escuchar lo que gritan a pleno pulmón cuando no se les da la razón o cuando peligran sus bocas de paja.
Yo no tengo miedo a…
Yo no tengo miedo a la libertad de expresión, ¿por qué habría de tenerlo si yo sé que mi verdad, es pequeña pero cierta ?
Yo no tengo miedo a escribir ni a decir lo que dictan mis palabras.
Yo no tengo miedo a leer lo que otros escriben sin faltas, entre sus líneas asoman complicidades baratas.
Yo no tengo miedo a escuchar lo que gritan a pleno pulmón cuando no se les da la razón o cuando peligran sus bocas de paja.
Yo no tengo miedo alzar la voz, a llevar clavados versos en mi garganta, no tengo miedo a andar errante por estos caminos sin gracia.
No tengo miedo a llevar entre mis poemas el hambre, el dolor, la infamia.
Yo no tengo miedo, no, no temo masticar estas tinieblas, no temo desafiar a los canallas.
No tengo miedo a decir, ni a escribir, ni a cantar, con el corazón hundido en la tierra, en esta tierra de unos pocos traficantes de esperanzas.
No tengo miedo, no, camino preñada de rabia, con la vida a cuestas y un cortejo de cadáveres a mi espalda.
No tengo miedo a los que amordazan. Si me quitan el papel, me quedará la voz, si me rompen la voz, quedarán otros que como yo, andarán los mismos caminos de esta verdad que espanta.
Yo no tengo miedo, no, mi libertad de expresión ni se arrodilla ni se desangra.
Texto Sivia, Viñeta Kalvellido