Ante la política de derroche y escaparate de la gestión ferroviaria, que la ciudadanía y trabajadores llevamos padeciendo desde hace tiempo, de forma exagerada en los últimos años, el Sector Ferroviario de CGT llevamos denunciando cada acto pomposo donde se vende con una foto, una imagen que nada tiene que ver con la realidad.
En esta semana hemos asistido a una lluvia de noticias que dan a entender que la instalación de wifi en los trenes de Alta Velocidad, responde a una necesidad de movilidad de la ciudadanía. Esta instalación que empezará a funcionar mañana en los trenes AVE Madrid- Sevilla, va a costar la friolera cifra de entre 150 y 190 millones de euros a las arcas públicas, aunque no está claro cuál será el precio final tras los ajustes y sobrecostes de rigor.
En esta semana hemos asistido a una lluvia de noticias que dan a entender que la instalación de wifi en los trenes de Alta Velocidad, responde a una necesidad de movilidad de la ciudadanía. Esta instalación que empezará a funcionar mañana en los trenes AVE Madrid- Sevilla, va a costar la friolera cifra de entre 150 y 190 millones de euros a las arcas públicas, aunque no está claro cuál será el precio final tras los ajustes y sobrecostes de rigor. Esta semana también el BOE publicaba en su edición del 1 de Noviembre, la retirada definitiva de la partidas de mantenimiento e inversión en la infraestructura convencional, por valor de 585 millones de euros, con mucha menos repercusión mediática (por la que circulan los trenes de cercanías y regionales que utilizan más de 400 millones de viajeros anuales, el 95% de los usuarios de ferrocarril). Es una inversión urgente y necesaria, si de verdad se quiere apostar por potenciar un servicio ferroviario vertebrador de territorios, útil, eficaz , eficiente y de calidad. Si se sigue ahondando por el camino de la expulsión de viajeros para justificar el cierre de líneas, frecuencias y generar una pésima imagen de un servicio público, gestionado desde lo público, el camino de eliminar inversiones es infalible para tal propósito.
La reapertura del tren directo Madrid- Aranda de Duero- Burgos, tiene un coste estimado de unos 9 millones de euros, y unos beneficios socio- económicos para la comarca reconocidos por todos los elementos sociales de la provincia. Sin embargo todo el aparato gestor del Ministerio sigue oponiéndose a dicha apertura.
La apertura de una línea de Cercanías entre Palencia-Valladolid y Medina del Campo, tendría un coste de 2 millones de euros anuales, y beneficiaría a miles de habitantes a diario de dichas comarcas. No hay ninguna intención de poner en marcha este proyecto muy rentable socialmente.
La línea Madrid- Soria, requeriría una mínima inversión en infraestructura, una mejora de los horarios más compatibles con las necesidades, para ser tan operativa y eficaz para la ciudadanía como lo era hace tan solo una década. De momento no hay nada.
La línea Madrid- Cuenca, convencional, presta servicio a miles de habitantes de poblaciones que luchan por fijar población, y donde hace años que no se invierte un solo euro. Gran parte de su trayecto está limitado a 30 kilómetros por hora debido al mal estado.
Las líneas de Ancho Métrico (Feve) han perdido solo en el presente año más de 170.000 viajeros, estando en peligro de desaparecer en poco tiempo. Sufren constantes averías, retrasos, cambios de horarios y falta de inversión en general, ya no se atiende ni a las urgencias de mantenimiento en muchos casos.
Son muchos más los ejemplos que ponen de manifiesto la prioridad de beneficiar a grandes constructoras a costa de deteriorar y expulsar a miles de viajeros del ferrocarril convencional. Al mismo tiempo, venden una imagen de éxito y con la Alta Velocidad, y de buena gestión, con unas cifras de beneficios sesgadas. La Alta Velocidad no es rentable económicamente, ni necesaria tal cual ha sido diseñada. Se llenan los trenes a costa de subvencionar billetes de forma indirecta , en períodos puntuales. Solamente a día de hoy es rentable la línea Madrid Barcelona. Además el supuesto éxito económico de los números negros del último año, son un espejismo en un desierto de deuda impagable a día de hoy, y han sido a costa de eliminar miles de puestos de trabajo digno, y sustituirlos paulatinamente por personal precarizado.
Desde el SFF-CGT confiamos en el comienzo de una reversión de esta gestión de escaparate y beneficios a grandes constructoras a costa del deterioro del ferrocarril público, y que se ponga al servicio de sus legítimos dueños, que no son otros que los ciudadanos.
Secretaría de Comunicación
Sector Federal Ferroviario-CGT
Fuente: SFF-CGT