La primera votación en el Senado del segundo periodo de sesiones dejó en evidencia de nuevo la minoría del PSOE. Los socialistas del Senado, con su abstención, se quedaron solos al votar una moción del PP sobre el Sáhara Occidental, enmendada por Coalición Canaria, que apoyaron casi todos los grupos, incluida la Entesa, formada por PSC, ERC e ICV. Esto es, los diputados del PSC votaron de forma distinta a sus compañeros del PSOE. En el Congreso, sin embargo, una proposición no de ley sobre este mismo asunto logró el apoyo de todos los grupos.


La primera votación en el Senado del segundo periodo de sesiones dejó en evidencia de nuevo la minoría del PSOE. Los socialistas del Senado, con su abstención, se quedaron solos al votar una moción del PP sobre el Sáhara Occidental, enmendada por Coalición Canaria, que apoyaron casi todos los grupos, incluida la Entesa, formada por PSC, ERC e ICV. Esto es, los diputados del PSC votaron de forma distinta a sus compañeros del PSOE. En el Congreso, sin embargo, una proposición no de ley sobre este mismo asunto logró el apoyo de todos los grupos.

Los socialistas dijeron que no podían apoyar la moción del Senado porque su contenido «mandata al Gobierno español a no negociar» sobre la solución al conflicto del Sáhara. Aún así, se aprobó con 147 votos a favor, dos en contra y 86 abstenciones.

La discusión en el Senado se centró en el segundo punto de la moción. Primero el PP, que en las últimas semanas se ha volcado en la defensa de los intereses del pueblo saharaui, presentó un texto en el que instaba al Gobierno a «mantener de forma inequívoca el apoyo a las actuaciones de la ONU sin buscar acuerdos alternativos a los ya alcanzados y aprobados por la ONU». El portavoz del PP en este asunto, Ignacio Cosidó, mostró tanto énfasis en la defensa del Plan Baker, rechazado por Marruecos, que el senador del PNV Iñaki Anasagasti le dijo con ironía : «Bienvenido a la jaima», porque en los últimos años el PP se había quedado fuera de los viajes a los campamentos de Tinduf (Argelia).

Desde el primer momento se vio que el PP ganaría la partida, porque contaba con el apoyo de CC. Todos los grupos hicieron entonces un llamamiento al consenso, el mismo que, en el Congreso, «a 500 metros de aquí», en expresión del portavoz de CiU, Pere Esteve, llevó a votar casi por unanimidad -hubo dos abstenciones- otra propuesta de ayuda y apoyo a la lucha del pueblo saharaui por su derecho a la «libre determinación».

Entonces hubo diversas reuniones, y CC negoció con el PP y otros grupos un cambio de ese punto segundo, que quedó redactado de la siguiente manera : «El Senado insta al Gobierno a que mantenga el esfuerzo de resolución del conflicto en el ámbito de la ONU, sin transferir la negociación a otros marcos bilaterales o regionales buscando un acuerdo y el consenso entre las partes en el seno de la ONU y de la UE, respetando la legalidad internacional y el legítimo derecho del pueblo saharaui a la libre determinación».

Parecía que se había afinado hasta lograr el consenso, pese al reproche generalizado al intento del PP de «debilitar» al Grupo Socialista en el Senado con un «asunto muy serio», en palabras del portavoz de IU, Eduardo Cuenca. Pero entonces el senador socialista José Castro señaló que su grupo no podía aceptar la propuesta. La frase «sin transferir la negociación a otros marcos bilaterales o regionales» implica, para Castro, «un mandato al Gobierno a no negociar». Y si finalmente Marruecos no acepta el Plan Baker antes del próximo 10 de octubre, «habrá que buscar otras salidas», señaló Castro, que implican la negociación con Marruecos, con el que los socialistas mantienen una relación muy distinta a la que tenía el PP. Pero el PSOE se quedó solo, porque los demás grupos entendieron, según el portavoz de Entesa, Lluís Maria de Puig, que era mejor aprobar esta moción y no dejar que el PP sacara adelante la suya.

Al final, el PP movió una vez más sus piezas y sobre todo sus senadores, que lo colocan a sólo cuatro de la mayoría absoluta, y logró dejar a los socialistas no ya en minoría, sino en soledad. Para ello, el PP se colocó en el asunto del Sáhara en posiciones cercanas a las de IU. Cosidó aseguró que su partido siempre ha estado en esa línea y llegó a decir que fue eso lo que provocó el conflicto diplomático con Marruecos.

En la moción también se insta al Gobierno a doblar la ayuda a los campamentos, hasta llegar a los seis millones de euros -el PP fue reduciéndola hasta dejarla en 1,42 millones en 2003, según los socialistas- y se anuncia el envío de una delegación del Senado para «expresar el apoyo y la solidaridad con el pueblo saharaui».

EL PAIS