El pasado lunes 11 de marzo, convocada por el FEU (Frente de estudiantes universitarios), se inició en la Universidad de Alicante una nueva semana de lucha estudiantil, una movilización de protesta que consistía en una acampada que permanecería asentada en la mano de Azorín hasta la convocatoria de concentración del miércoles 13 y, con vistas a ocupar el rectorado y unirse a la huelga general de educación superior convocada a nivel estatal para el 14.
Dicha movilización tiene como motivo la desorbitada subida de tasas que, un curso más, han tenido las matrículas universitarias (hasta 500 euros más por la misma matrícula en comparación con el precio del curso pasado), es decir, la privatización de la universidad pública y su consiguiente mercantilización.
Dicha movilización tiene como motivo la desorbitada subida de tasas que, un curso más, han tenido las matrículas universitarias (hasta 500 euros más por la misma matrícula en comparación con el precio del curso pasado), es decir, la privatización de la universidad pública y su consiguiente mercantilización. El panfleto convocante también puntualizaba otras demandas como la gratuidad de los niveles mínimos de lengua extranjera que se exigen para terminar el grado, el derecho a la huelga estudiantil (habitualmente los alumnos se ven coaccionados por el profesorado cuando hay convocatorias de huelga) y la instalación de más microondas en los club sociales que permitan a los alumnos ahorrar en su comida en las largas jornadas de clases.
El lunes las tiendas que se montaron fueron 4, pernoctando un total de 7 personas y el martes el número ascendió, aunque no demasiado, con 6 tiendas y 12 estudiantes. A la concentración del miércoles acudieron unas 200 personas, entre los que se encontraba algún profesor concienciado con la causa.
Durante un buen rato los manifestantes se dirigieron a la puerta del rectorado con pancartas con las exigencias y donde estuvieron gritando consignas como “la Unión Europea nos roba y nos saquea” o “el hijo/la hija del obrero a la universidad”. Si bien el número de asistentes no era muy significativo, la actitud de los mismos fue activa y partícipe, sin dejar lugar a dudas de que todos y cada uno habían acudido por convencimiento profundo de la situación. Para concluir la concentración, dos componentes del FEU leyeron un manifiesto y convocaron una asamblea esa misma tarde para ver si se aglutinaban fuerzas suficientes para hacer la ocupación del rectorado el día siguiente; dicha acción resultó no tener respaldo suficiente para llevarse a cabo.
A propósito de la convocatoria, acudieron un par de medios de información a cubrir la noticia. Al día siguiente, la búsqueda y encuentro de la reseña en los periódicos resulta lamentable. Dichos periódicos fueron La Verdad, el Abc y el diario Información. En este último la letra se reducía a un pie de foto en el que solo citaban la demanda de la gratuidad de los cursos de B1, y en los otros dos se hacía énfasis en la demanda del derecho a la huelga y el aumento de microondas. A día de hoy sabemos que no podemos esperar de los medios más visibles una información ni medianamente completa y objetiva, pero sigue resultando penoso que se produzcan estas ridiculizaciones de las luchas de los colectivos.
Por otra parte, contando de antemano con la manipulación y desprecio con la que los canales informativos van a actuar, me parece de poca anticipación o avidez, juntar en un mismo panfleto la reivindicación de la educación superior pública y la demanda de más microondas. Creo que de este modo no solo los medios pueden hacer un juicio desdeñoso de la lucha estudiantil, sino el propio estudiante que continúa falto de interés, conciencia y juicio de lo que se le está usurpando.
Mi punto de vista, y el de varios compañerxs más, es que la lucha por la educación pública es una cuestión de derechos; del derecho de todos y todas en tener la oportunidad de saciar la sed de conocimiento y entendimiento inherente al ser humano (aunque la universidad no sea la única forma), y de formarte como profesional en el ámbito al que quieras de dedicarte. Esto es la igualdad de oportunidades que teníamos y nos están arrebatando de manera beligerante y brusca. Y tal vez lo más importante, tener bien presente que esta lucha no es independiente del resto de aberraciones a los derechos y las libertades que se están haciendo en este país.
De todos modos, a la par que digo esto, incito a que una convocatoria que no nos parezca perfecta no nos quite las ganas de unirnos a luchar por lo que sabemos que vale la pena.
Organización, lucha y salud.
Eva Garcia
Fuente: Eva Garcia