Nuestro compañero Saoud Salem, en vísperas de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU que daría paso a los ataques aliados, denuncia la tenaza en la que se encuentra la revolución libia, atrapada entre los intereses y la hipocresía de las potencias imperialistas y la ofensiva del régimen de Gaddafi, amenazando con estrangularla. [English] [Français] [Italiano] [العربية ]

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Dentro de unas horas, el Consejo de Seguridad de la ONU decidirá
comenzar ataques aéreos contra Libia. Francia ha dicho que está
preparada para comenzar con los bombardeos desde esta noche.

Dentro de unas horas, el Consejo de Seguridad de la ONU decidirá
comenzar ataques aéreos contra Libia. Francia ha dicho que está
preparada para comenzar con los bombardeos desde esta noche.

Rechazamos esta resolución internacional, en el caso de que se tome. E
igualmente rechazamos cualquier injerencia extranjera en Libia, tome la
forma que tome, especialmente si viene de Francia. Una Francia que
estuvo vendiendo a Gaddafi armas por un valor millonario, armas que está
usando ahora para masacrar a los libios, la misma Francia que no dejó
de hacerlo hasta hace tres semanas.
Rechazamos esta intervención que transformará Libia en un verdadero
infierno, incluso más que ahora. Esta intervención, asimismo, le robará
la revolución a los libios, una revolución que ya ha costado la vida de
miles de mujeres y de hombres.

Una intervención que además dividirá a la Resistencia libia.

Incluso si dichas operaciones tienen éxito y Gaddafi cae (o muere) como
Saddam Hussein, seremos liberados por los norteamericanos y los
franceses, y os puedo asegurar que se encargarán de recordárnoslo a cada
minuto.

¿Cómo podremos soportarlo? ¿Cómo explicar todos estos hechos a las
próximas generaciones, todas esas muertes por doquier? Ser liberados de
Gaddafi para convertirnos en esclavos de quienes le armaron y le
mantuvieron en el poder durante todos esos años de violencia autoritaria
y represión.
Tras el primer error (la militarización de la revolución popular)
estamos cometiendo el segundo (el establecimiento de un nuevo liderazgo
sobre la base de figuras surgidas de los restos del régimen de la
Yamahiriyya). Y nuestro tercer error está acercándose irremediablemente:
pedir ayuda a nuestros enemigos. Sólo espero que no caigamos en un
cuarto: la ocupación y la llegada de los marines.
Sarkozy y Francia son nuestros enemigos, son también los enemigos de
todo el tercer mundo. No esconden su desdén por nosotros. Todo lo que le
importa a Sarkozy es ser re-elegido el próximo año.

El hombre que organizó el encuentro entre Sarkozy y los representantes
del Consejo Nacional Provisional no es otro que Bernard-Henri Lévy, un
filósofo de pacotilla y, para quienes no lo conozcan, un activista
sionista francés que centra todos sus esfuerzos en apoyar a Israel y
defender sus intereses. Recientemente pudimos verle en la Plaza Tahrir
de El Cairo sólo para asegurarse de que la juventud rebelde no cantara
contra Israel.

¿Qué podemos decir mientras nos preparamos para las bombas?

Porque las bombas no diferencias entre quienes están con Gaddafi y quienes estamos en su contra.
Las bombas colonialistas, como es bien sabido, sólo tienen un objetivo:
promover los intereses de los comerciantes de armas. Ellos vendieron a
Gaddafi armas por un valor de miles de millones y ahora nos dicen que le
destruyamos… Luego compraremos más armas a través del nuevo gobierno,
esa es una historia muy antigua y conocida. Pero hay gente que no
aprende y comete viejos errores, en los que se ha caído durante mucho
tiempo.

Lo digo muy claramente: se trata de un error estratégico muy grave, un
error que pagará el pueblo libio, quizás durante muchos años. Más que
los años de dominio de Gaddafi y su familia.

Aquí y ahora, justo unas pocas antes del incendio de Libia y antes de
que se convierta en otra Bagdad, hago un llamamiento a todos los libios,
a todos los intelectuales, artistas, licenciados universitarios, a
quienes saben escribir y a los que no, a todo hombre y mujer, a rechazar
esta intervención militar de EEUU, Francia y Gran Bretaña y los
regímenes árabes a los que apoyan. Al mismo tiempo, llamo a todos los
pueblos a apoyarnos, a los egipcios, a los tunecinos, a los franceses,
hasta a los chinos, a todos los pueblos del mundo, saludamos su apoyo y
simpatía.

Pero de los gobiernos, de cualquiera de ellos, no esperamos nada, más
que nos dejen en paz, que nos dejen terminar con el problema de Gaddafi
por nosotros mismos.

Saoud Salem, Anarquista libio – Anarkismo.net