Smara, Tan Tan. La revuelta del Aaiún se extiende a otras ciudades según los rumores que llegan a oidos de los saharauis sitiados en la capital del Sahara Occidental.
Al parecer, algunos jóvenes han salido también a protestar en las calles de su ciudad por la violenta represión que Marruecos está aplicando sobre la población saharaui y que comenzó con el desmantelamiento forzoso del Campamento Gdeim Izik y los enfrentamientos posteriores. Marruecos mismo eleva a 163 el número de detenidos en estos días, aunque niega la desaparación del conocido activista Asfari Annaama.
163 es una cifra superior incluso a la aportada por el Frente Polisario, que fijaba el número de detenciones en 159, aunque hay una gran cantidad de desaparecidos que pueden formar parte bien de la lista de detenidos o bien, aclara el Frente Polisario, de la de víctimas mortales. De momento, oficialmente, dice fijar esta cifra en 19, entre ellas, un niño de siete años, aunque habla de una «situación de terror» en la que la policía marroquí allana las viviendas impunemente llevándose a quien desean, o torturando en la calle a sus moradores para asustar al resto de la población, además de destrozarlo todo y robar incluso sus pertenencias.
Para Marruecos, los detenidos son delincuentes que azuzaron los enfrentamientos posteriores al desmantelamiento del campamento, y niegan la desaparición de Asfari Annaama, quien tras la carga contra Gdeim Izik, fue, según algunos testigos, detenido por la policía y torturado «hasta perder el conocimiento», y cuyo paradero, de momento, desconocen. Además, sigue cifrando el número de víctimas mortales en 8 policías y un activista saharaui.
Los testigos siguen describiendo el panorama de una ciudad tomada por el ejército, y arrasada, aunque el bloqueo a los medios de comunicación se mantiene y es difícil contrastar cualquier información. De hecho, los controles empiezan ya antes de llegar a otras ciudades como Smara o Tan Tan, pero desde allí hoy llegan también rumores de revueltas protagonizadas por jóvenes saharauis, que protestan así por la represión que sufren sus compatriotas en El Aaiún.
Fruto de ese caos y esa confusión que reina ahora mismo, tienen lugar historias como la que contaba también vía telefónica una ciudadana saharaui desde El Aaiún a este periódico. En su huida del campamento, divisó a dos niños escondidos bajo los restos de una jaima y sin dudarlo cargó con ellos. Hizo el trayecto hasta la ciudad, como el resto, caminando. Y a día de hoy, sigue cuidando de los pequeños porque no consiguen localizar a sus padres y ellos, de apenas año y medio y algo más de dos años, no pueden explicarle nada.
La comunidad internacional, entre tanto, sigue sin condenar esta escalada de violencia, aunque la Ministra de Exteriores española, Trinidad Jiménez, si pidió ayer a Rabat que permita trabajar a la prensa española en la zona. El representante de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD) y del Frente Polisario ante la ONU, Amhed Bujari, ha lamentado que el Gobierno español haya optado por «echar agua al fuego provocado por Marruecos»»La postura del Gobierno español ha sido muy rezagada, incluso respecto a la francesa, que es aliado de Marruecos», ha afirmado Bujari. «Nos hubiera gustado que España hubiera realzado el tono, la voz, para por lo menos venir en defensa de esta población», ha manifestado.
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