Ayer, un grupo autoorganizado de ciudadanos y ciudadanas reivindicaron el sabotaje contra un campo experimental de maíz transgénico en la provincia de Badajoz. Desde Ecologistas en Acción se considera que este sabotaje, junto con otras acciones directas llevadas a cabo en los últimos meses en contra del los transgénicos, son actos de legítima defensa de la salud pública, el medio ambiente, la vida rural y los derechos básicos de la ciudadanía.
Varias personas declararon haber saboteando “una plantación de maíz transgénico propiedad de Semillas Fitto en el municipio de Guareña (Badajoz)”. En concreto se trataba de del maíz MON 810 (SF1035T), variedad de la que Monsanto es propietaria.
El maíz MON 810 es una variedad transgénica que produce toxina BT y que, a pesar de sus ya demostradas consecuencias adversas, tanto para la salud de las personas como para el medio ambiente, se cultiva de forma comercial y se consume de forma indiscriminada en nuestro país. España es el único país de la UE donde esta variedad de maíz se cultiva en grandes extensiones (76.000 ha en 2010) en contraste con la actitud preventiva de cada vez más países europeos, como Francia, Alemania, Austria, Grecia, Luxemburgo, Irlanda, Polonia, Hungría o Italia en los que se ha prohibido rotundamente su cultivo.
En España son ya muchos los casos de contaminación de campos de maíz ecológico por maíz transgénico. Esto ha llevado a numerosos productores ecológicos a perder la certificación (y el valor añadido de sus producciones) y, en último término, está conllevando a la desaparición de la producción nacional de maíz ecológico con la consecuente subida del precio de los piensos ecológicos lo que está perjudicado enormemente el sector ganadero ecológico del estado.
Por todo ello, Ecologistas en Acción considera que el cultivo de transgénicos vulnera el derecho básico de alimentarnos de forma segura y nutritiva, impide el desarrollo de un modelo agraecológico más respetuoso con el medio ambiente y que permita a la gente vivir en el medio rural, se opone a la construcción de la soberanía alimentaria de los pueblos y antepone los intereses de las grandes empresas biotecnológicas frente a los derechos y las reivindicaciones de la ciudadanía.
Esta acción directa contra campos transgénicos llevada a cabo en Badajoz es, junto con la destrucción de dos campos experimentales en Torroella de Montgrí (Gerona) y la destrucción de un campo experimental en Aragón, la cuarta acción de desobediencia civil antitransgénica llevada a cabo en nuestro país en los últimos 4 meses.
Desde Ecologistas en Acción se considera que, dada la gran cantidad de estudios publicados que demuestran los graves riesgos para la salud, el medio ambiente y las economías locales que suponen estos cultivos, frente a una legislación que deja desamparados a los agricultores y a las víctimas de la contaminación transgénica, frente a la indiferencia del gobierno que, ignorando las grandes movilizaciones contra los transgénicos llevadas a cabo en los últimos años, sigue promoviendo el cultivo de OMGs y, ante la absoluta falta de transparencia y control sobre el cultivo y el uso alimentario de los transgénicos, estas acciones son una reacción legítima de las personas, en defensa del medio ambiente, la salud pública, la vida rural y los derechos básicos de la ciudadanía.